El momento que atraviesa hoy la bicicleta en España es envidiable: cifras de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE) revelan que el país por primera vez superó en su historia el millón y medio de unidades vendidas en un solo año.
En ese crecimiento, la bicicleta eléctrica está llamada a ocupar un rol central, explica Jesús Freire, secretario general de la asociación, a Portal Movilidad: “Si hubiera que hacer una apuesta sobre qué es lo que va continuar creciendo, es la bicicleta eléctrica”.
Para el experto, el potencial es “prácticamente infinito, sobre todo en movilidad”. Si bien el sector está muy consolidado en deporte y ocio, considera que queda terreno en movilidad, en el cual la bici eléctrica “permite el acceso de cualquier persona, para cualquier distancia y en cualquier geografía”.
Otro aspecto que destaca Freire es las oportunidades que el “boom” de los modelos eléctricos abre para las empresas. “Las bicicletas de este tipo tienen mayor valor añadido y cada vez hay más empresas que se dedican a la movilidad eléctrica que pueden aprovechar esta situación”, explica
Un punto que se destaca de la modalidad eléctrica es que, a diferencia de otras movilidades eléctricas, su mercado está más maduro. “El pedaleo asistido facilita las cosas al usuario, junto con el peso y el consumo”, describe el secretario general.
Por otra parte, Freire hace hincapié en el peso que puede tener la bici eléctrica como alternativa sostenible, y en un aspecto en que puede cambiar el juego es la última milla. “En la logística de paquetería, puede jugar un papel fundamental”, sostiene.
En ese sentido, las cifras lo sostienen: se venden casi 20 bicicletas eléctricas por cada coche de este tipo, y las unidades comercializadas en 2020 representaron un 48,9% más que en 2019.
Las perspectivas que abre la Estrategia Estatal por la bicicleta
Al gran momento que atraviesa el sector, se suma el lanzamiento de la nueva Estrategia Estatal por la bicicleta. “Llevamos años diciendo que somos parte de la solución y se ha demostrado que en efecto somos parte de la respuesta”, describe Freire.
En ese sentido, el representante de AMBE destaca como aspecto clave del plan la coordinación. “El Estado tiene que jugar un papel clave porque hay ciudades ciclistas, que no envidian nada a otras de Europa, pero a 400 kilómetros hay otras sin bicis”, dice.
Al respecto, el experto señala que debe trabajarse en incentivos de compra, mejores sistemas de bicicleta compartida, incentivos para ir al trabajo en bicicleta e infraestructura. “La bicicleta atraviesa muchos sectores y el papel coordinador del Estado es fundamental”, afirma.
Para el secretario general de la asociación, se debe trabajar en regulaciones que no frenen sino que orienten los cambios al haber una “oportunidad histórica”. “No puede ser un proceso de diez años; hay que ser ambiciosos: la ciudad se puede transformar en ciclista en 24 meses”, asegura, citando a Sevilla, Valencia y Barcelona de ejemplos.
Uno de los puntos que surge en el debate en torno a la bicicleta son los incentivos al uso y compra. Mientras que en muchas de las grandes ciudades Europeas hay ayudas en este sentido, España se muestra rezagada en varios sentidos.
“Hay ejemplos como Madrid o Bilbao en donde se ayuda con la compra de bicicletas eléctricas y la reparación, pero solicitamos un plan”, define Freire.
“No queremos estar en el Moves sino un plan concreto: un bono de movilidad sostenible en bicicleta al igual que lo tiene Italia y otros países”, argumenta.