Los fabricantes europeos de automóviles llevan mucho tiempo adoptando el cambio a la electromovilidad y están transformando radicalmente sus negocios para cumplir los objetivos climáticos de la Unión Europea. Sin embargo, la clave para alcanzar los objetivos de CO2 no está sólo en manos de la industria, sino que otros deben desempeñar también su papel.
Ahora es vital que se establezcan todas las condiciones marco para pasar a ser totalmente eléctricos, incluido el despliegue de una verdadera red de infraestructura de carga y repostaje en toda la UE y el acceso a las materias primas necesarias.
«Para ser muy claros: la industria del automóvil contribuirá plenamente al objetivo de una Europa neutra en carbono en 2050. Pero la decisión del Consejo plantea cuestiones importantes que aún no han sido respondidas, tales como de que manera Europa garantizará el acceso estratégico a las materias primas clave para la e-movilidad«, declaró Oliver Zipse, Presidente de ACEA y CEO de BMW.
«Si la UE quiere ser pionera de la movilidad sostenible, debe asegurarse la disponibilidad de estos materiales. De lo contrario, nos veremos amenazados por nuevas dependencias, ya que otras regiones económicas ya se han posicionado en una fase temprana.»
«De cara al futuro, la apertura tecnológica significa que también el hidrógeno y otros combustibles neutros en CO2 pueden desempeñar un papel importante en la descarbonización del transporte por carretera», añadió.
En el contexto de las negociaciones en curso sobre el Reglamento de Infraestructuras de Combustibles Alternativos (AFIR), la ACEA también insta a los responsables políticos a igualar las ambiciones que acaban de establecer para la industria del automóvil a la hora de fijar los objetivos de infraestructura para cada Estado miembro.
La revisión intermedia del reglamento sobre el CO2 será clave para seguir los avances en la evolución del mercado, el despliegue de infraestructuras y la disponibilidad de materias primas.