Con la idea de facilitar el acceso a la electromovilidad, la startup Muverang ya se encuentra lista para ampliar su modelo de negocios y ofrecer un mayor catálogo de servicios a sus clientes.
En principio, la plataforma con funcionalidad de Mobility as a Service se encuentra en Bogotá, Medellín y Cali, aunque se está expandiendo hacia Barranquilla, Bucaramanga y Pereira.
En la actualidad, Muverang cuenta con una flota de 1.300 vehículos eléctricos: 500 son de cuatro ruedas, adquiridos a Auteco, mientras que los otros 800 son patinetas, scooters, bicicletas y motos urbanas.
¿Cuál es el próximo paso?
“En el mediano plazo tenemos un proyecto muy interesante de ampliar nuestra flota, orquestando vehículos de terceros para convertirnos en una plataforma que no solamente genere demanda sino también una oferta”, indica Camilo Agudelo Ordoñez, CEO de Muverang.
Y agrega, en diálogo con Mobility Portal Latinoamérica: “De esta forma, las empresas van a contar con un ingreso complementario, invirtiendo su vehículo. Eso, solo si Muverang le puede asegurar una muy buena experiencia al usuario”.
De esta manera, quien ofrece su vehículo está dispuesto a dar una comisión a la compañía, y “abrir su cancha”.
Esto es consecuencia de uno de los pedidos más recurrentes hacia Muverang: «¿cuándo van a tener vehículos más grandes?»
Los tres nichos de mercado de Muverang
El modelo de negocios engloba a tres grupos.
En primer lugar, a personas y familias cuya movilidad se ve dificultada, por ejemplo, por el Pico y Placa.
En ese caso, se llevan adelante alquileres de corto plazo.
«Es un punto de entrada para dar a conocer la marca y vivir la experiencia», asegura Agudelo.
Los usuarios pueden suscribirse de manera mensual, semestral y anual para disponer de los vehículos. No hay estudios de crédito, contratos mínimos de permanencia, ni tampoco penalidades.
En segundo lugar, a las empresas.
«Muchas compañías necesitan convertir a su última milla en una más eficiente y productiva. A ellas les ofrecemos una alternativa de suscripción de varios vehículos, entonces en su balance no cuentan con activos, ni la responsabilidad de gestionarlos», señala Agudelo.
A su vez, ofrece la posibilidad de instalar una infraestructura en los edificios de las sedes corporativas y entrega a los empleados acceso para que utilicen patinetas y bicicletas.
Y, por último, la tercera incluye a las aseguradoras, que en su contrato tienen incluido al «vehículo de reemplazo».