El presidente de Brasil, Luiz Inácio «Lula» da Silva, firmó este martes una ordenanza para conceder licencias a empresas del sector automotriz y créditos financieros para apoyar la descarbonización.

“Es el puntapié inicial para reglamentar el proceso hacia la descarbonización, pero también para el aumento de la competitividad y de la actividad económica, con generación de empleo e ingresos”, declaró el vicepresidente y ministro de Industria y Comercio, Geraldo Alckmin.

En la ceremonia fueron presentadas iniciativas para la promoción de energías limpias y la descarbonización de la flota de vehículos, mediante créditos financieros o incentivos tributarios por un valor total de 19.000 millones de reales (3.890 millones de dólares).

Esos beneficios serán exclusivamente para empresas que fomenten el uso de energías limpias en el sector automotriz brasileño, que en conjunto prevé inversiones por 117.000 millones de reales (23.870 millones de dólares) hasta 2028.

También estarán dirigidos a los fabricantes de piezas y a toda la cadena logística y productiva vinculada al sector automotriz.

Márcio Lima, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea), reafirmó la intención del sector de aumentar incluso las inversiones previstas y garantizó el pleno apoyo de las empresas a la transición energética que “el mundo reclama”.

Leer más: Brasil debate prohibición de vehículos nuevos a combustión

Lula le hace un guiño al litio

El plan de Brasil amplía los requisitos para descarbonizar el parque automovilístico y estimula la producción de nuevas tecnologías en las áreas de movilidad y logística.

Para ello, el Gobierno apuesta también por convertir al país en un centro de manufactura de baterías eléctricas. La lógica es la misma: crear incentivos para estimular inversiones privadas.

De hecho, la región de Mina Gerais es muy propicia para la exploración de litio, el ADN de las baterías. Cerca del 85% de las reservas de Brasil, quinto productor mundial de litio, están en esta región.

Para atraer inversionistas extranjeros, en mayo pasado las autoridades locales lanzaron el concepto de “Lithium Valley” (Valle del Litio), en la sede del Nasdaq. Para Lima, la estrategia es más que viable.

Los fabricantes de coches eléctricos viven una verdadera carrera para garantizar la inversión en minas y hoy hasta participan en empresas del ramo.