El presidente Luís Inácio Lula da Silva aseguró, durante una entrevista en el Palacio del Planalto, que la producción de autos eléctricos en Brasil es de interés para su gobierno.

Al mismo tiempo, el presidente abrió un diálogo con Anfavea (asociación de fabricantes) y líderes sindicales del sector automotriz para encontrar la manera de bajar el precio de los autos.

“Cuando dejé la Presidencia de la República, en 2010, la industria automotriz brasileña vendía aproximadamente 3 millones 800 mil autos por año. La predicción de la industria automotriz en 2010 era que en 2014 estaría licenciando 6 millones de autos en ese país”, recordó Lula.

El presidente criticó la falta de un auto popular, con precios realistas para la clase media.

“Hoy estamos licenciando la mitad de los autos que licenciamos en 2010. La industria automotriz dejó de vender porque la gente dejó de comprar”, indicó Lula.

“No hay coche más popular. Los pobres, que querían comprar un carro, lo compraban para pagar en 30 meses, 40 meses, 50 meses, nosotros financiamos un carro en 60 meses”.

Durante una entrevista, Lula expresó que «no es fácil comprar un auto hoy, no es fácil». Según el presidente, «todo el mundo sabe que el sueño de mucha gente en este país sigue siendo el coche, todo el mundo lo sabe».

Un tema que despierta el interés del presidente es la posibilidad de que la automotriz china BYD produzca autos eléctricos en la fábrica de Ford en Bahía.

El tema está en discusión con el gobernador Jerônimo Rodrigues. El modelo Seagull de BYD tiene el tamaño de un Renault Kwid y tiene el potencial de convertirse en un vehículo eléctrico popular.

La idea del coche eléctrico no excluye a las automotrices que ya están en Anfavea. “Me interesa la idea de producir autos eléctricos en Brasil, me interesa. En carro eléctrico, en bus eléctrico…”, comentó Lula.

“Pretendo discutir con Anfavea, muy en serio, y con los líderes sindicales, cuál es el futuro de la industria automotriz en Brasil”, confirmó el presidente Lula, pero advirtió: “Tiene que ser un juego combinado. Si le vas a dar un beneficio al empresario, necesitas saber lo que va a ganar el trabajador, ¿no? Porque de lo contrario no tiene sentido negociar solo para que gane un lado”.