La Unión Europea propone diversificar los suministros energéticos con el fin de evitar la dependencia del gas ruso e impulsar el desarrollo de las energías renovables. En medio del contexto, los sistemas de movilidad eléctrica se sitúan como la alternativa al petróleo y el gas.
“Necesitamos alejarnos de los hidrocarburos rusos y hacer la transición a un futuro energético más estable, sostenible y más limpio”, explicó en su cuenta de Twitter el Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson.
En Reino Unido la matriculación de vehículos diésel disminuyó considerablemente en 2021 tras el anuncio de la prohibición de ventas de coches con motor térmico a partir de 2030 como parte de un plan de 10 puntos que propone la neutralidad en carbono para 2050.
Sin embargo, para que Reino Unido continúe creciendo en materia de electromovilidad requiere de la financiación pública destinada a impulsar la red de carga de manera equitativa para el norte y sur del país.
Basándose en las sanciones económicas internacionales impuestas a Rusia, Johnson anunció que el Reino Unido “dejará de depender del petróleo ruso a lo largo de este año” reafirmando el compromiso de cero emisiones netas.
La Comisión Europea propuso a los fabricantes en la Unión Europea reducir las emisiones por completo para 2035, dando por finalizada la producción de vehículos a combustión.
Estados Unidos anunció el cese de las importaciones de petróleo y gas de Rusia lo cual aceleraría la transición y la transformación de la economía del país.
Además Joe Biden, presidente de Estados Unidos, reparó en que «nadie tendrá que preocuparse por el precio en el surtidor de gasolina».
En apoyo a la movilidad eléctrica dispone el plan «Build Back Better Framework» el cual incluye disminuir los costos de los vehículos cero emisiones a $12.500.
Las políticas públicas de su gobierno se han abocado al objetivo de que en 2030 los automotores nuevos en venta del mercado sean eléctricos.
Si bien Alemania planifica impulsar las energías verdes a fin de reemplazar los combustibles fósiles y prevé la electromovilidad puesta en marcha para 2030, el peso de la industria automotriz es trascendente.
De igual modo, Francia, que también cuenta con una cadena de valor industrial sólida, evalúa qué implicaría para el desarrollo empresarial el cese de la fabricación de vehículos con motor de combustión a partir de 2035.
En cuanto a España, a pesar de que la penetración de buses más sostenibles se da de forma paulatina, las metas europeas deberían acelerarse según lo establecido, con el total de los buses cero emisiones para 2026 o 2027.
A causa del conflicto, el hidrógeno verde se presenta en el mercado como alternativa ante la escasez de gas. Respecto a la electromovilidad, la reciente aprobación del real decreto regula la actividad de prestación de recarga prevé que España disponga de 100.000 puntos en 2023.
Para 2021, Emmanuel Macron, presidente de Francia, había presentado un plan de 30.000 millones de euros, inversión destinada a la modernización económica del país.
Comprometido ante la reducción de emisiones recientemente anunció que se acordó un impuesto al carbono que «afectará a los productos importados a la Unión Europea».
Apostando a la movilidad eléctrica, la iniciativa prevé fabricar para 2030 vehículos eléctricos e híbridos con el propósito de reducir un 35% las emisiones de CO2 de las fábricas a 2030.
En el caso de Bulgaria, planifica contar con 10.000 puntos de recarga para vehículos eléctricos alimentados por fuentes renovables. Según prevén los expertos, para el 2050 los vehículos eléctricos en el sector del transporte triplicarían el consumo de electricidad.
Noruega por su parte cuenta con una innovación eficaz y objetivos ambiciosos: alta tasa de penetración en electromovilidad, infraestructura de carga equipada con tecnología inteligente y cero emisiones para 2025.
A diferencia de las medidas que encaminan a los países desarrollados a la movilidad sustentable hacia 2035, para Latinoamérica, la ONU propuso 2040 como fecha de caducidad a los motores de combustión.
En países como Brasil y México, se encamina la electromovilidad. En el caso de Uruguay y Argentina crece la incorporación de vehículos limpios.
Los plazos dispuestos a distintas naciones en términos de transición en parte estarían sujetos al conflicto entre Rusia y Ucrania, por lo que podrían acelerarse los objetivos en medio del contexto internacional.
En cuanto a Latinoamérica, la instalación de infraestructura de carga representa una ardua planificación debido a la situación económica, las particularidades y las distancias del territorio.
El canciller alemán Olaf Scholz, apuesta a una expansión rápida de las energías renovables luego de que el país detuviera el proyecto del gasoducto Nord Stream 2 tras la invasión a Ucrania.
Ante el conflicto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, anunció que la Unión Europea prepara “un cuarto paquete de medidas para aislar aún más a Rusia y drenar los recursos que utiliza para financiar esta guerra”.