Un sistema “anticuado”
En esa línea, el responsable de electrificación de flotas de T&E, Óscar Pulido, ha opinado que el régimen fiscal español para los coches es «anticuado» y recompensa la elección de una flota que se base en los combustibles fósiles.
«Esta situación está en contradicción flagrante con la ambición de ser un país moderno, gobernado por una coalición progresista, y más en un contexto de crisis medioambiental y energética«, ha defendido Pulido.
De hecho, el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo han acordado que a partir de 2035 en la Unión Europea estará prohibida la venta de turismos y furgonetas con motores de combustión.
No obstante, este pacto todavía necesita el visto bueno de los Veintisiete y del pleno de la Eurocámara para ser adoptado definitivamente.
Problemas con el régimen fiscal
Por otro lado, los analistas han destacado que solo una minoría de coches contaminantes paga el impuesto de matriculación correspondiente en el momento de la compra de vehículos nuevos.
«Este impuesto es proporcional a las emisiones del vehículo. Sin embargo, la exención del impuesto de matriculación se encuentra a un límite muy elevado (120 gramos por kilómetro), y los demás tramos no son lo bastante restrictivos, por lo cual la mayoría de los nuevos vehículos evitan este impuesto», resalta el análisis.
Y agrega: «En el año 2021, únicamente un 1,1 % de los vehículos matriculados lo hicieron bajo las cuotas del cuarto tramo (el más alto) y apenas un 5,9 % lo hicieron con el tercero».
No hay diferencias entre los híbridos enchufables y los eléctricos
Además, en España no diferencias impositivas entre los híbridos enchufables y los eléctricos de batería, según T&E, porque es uno de los nueve países europeos de los 31 analizados en los que todavía se favorece fiscalmente a los coches híbridos enchufables y no los penaliza en función de su impacto ambiental.
En ese contexto, el estudio también hace hincapié en que la normativa fiscal tampoco hace diferencias en la desgravación del IVA para los coches «altamente contaminantes» y los de cero emisiones.
«Esto provoca que las empresas no se animen a migrar sus flotas hacia vehículos sostenibles. En Bélgica, Francia o Portugal la cantidad que se puede amortizar depende de las emisiones que emite el vehículo. España debería seguir el paso», ha valorado T&E, según informó Consumidor Global.