El boom del coche eléctrico en Europa podría llegar a un punto muerto, poniendo en peligro la venta de 18 millones de vehículos eléctricos, según revela el último informe la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E).
La normativa europea en materia de movilidad limpia ha permitido aumentar las ventas de vehículos enchufables, que ya representan una quinta parte del total del mercado. Sin embargo, los objetivos propuestos para el periodo 2022 y el 2030 son demasiado débiles y no obligarán a los fabricantes de automóviles a cumplir con sus planes de producción de vehículos eléctricos.
Esto podría dar lugar a la generación de 55 millones de toneladas adicionales de contaminación por CO2, más del total de las emisiones anuales de vehículos en España.
El objetivo de la Unión Europea para los fabricantes de automóviles en 2025 es tan poco exigente que podrían llegar a alcanzarlo dos años antes de la fecha prevista. De este modo, en el caso de España, el sector del automóvil apenas contribuiría al objetivo de reducir las emisiones del país en un 37,7% para finales de la década.
Por ello, T&E y ECODES sostienen que, de no fijar objetivos más ambiciosos a partir de 2025 –entre los que habría que incluir un objetivo intermedio para 2027 y una reducción del 80% en las emisiones de CO2 producidas por vehículos para 2030–, será muy difícil que los Estados miembros alcancen sus objetivos climáticos y de descarbonización comprometidos para esta década.
Carlos Rico, policy officer de T&E, asegura que “si bien es cierto que el boom de los coches eléctricos se ha visto impulsado por las normas de la UE en materia de movilidad limpia, esta tendencia podría estancarse si los legisladores no intervienen. Ha llegado el momento de establecer objetivos verdaderamente ambiciosos si no queremos dar por perdida toda una década de carrera hacia la descarbonización”.
Los vacíos legales presentes en la normativa de la Unión Europea también limitan su impacto. Los fabricantes de automóviles consiguen cumplir con los objetivos más laxos únicamente con la venta de vehículos pesados y contaminantes como los SUV o los híbridos enchufables.
En este sentido, cabe destacar la falacia que se esconde tras estos falsos eléctricos: cuando no están cargados, los híbridos enchufables pueden contaminar más que algunos motores de combustibles fósiles. Esta realidad, además, limita la expansión de los eléctricos puros. De hecho, el análisis concluye que sólo durante este año se venderán 840.000 unidades menos sin consecuencias.
Por otro lado, el informe señala que la producción generalizada ha contribuido a que todos los fabricantes estén en vías de cumplir los objetivos de emisiones de CO2 de la Unión Europea para 2021. Incluso se da el caso de tres empresas -JLR, Volvo y Daimler- que han aumentado la media de sus emisiones de vehículos de gasolina y diésel en comparación con las cifras obtenidas hace cinco años.
El análisis se ha basado en las emisiones de CO2 producidas por los coches vendidos en el primer semestre del año.
Cristian Quílez, responsable de proyectos de ECODES, concluye que “los fabricantes de automóviles no dejan de hacer publicidad de sus credenciales ecológicas, pero luego aprovechan cualquier ocasión para retrasar la transformación de la industria y la transición hacia una movilidad de cero o bajas emisiones.
Ganan mucho dinero con la venta de vehículos SUV e híbridos enchufables, que son una completa falsedad ambiental. Ahora que la Unión Europea está revisando los objetivos climáticos que los fabricantes deben cumplir, los políticos tienen la oportunidad de acabar con esta situación, que sólo pone piedras en el camino a la descarbonización del sector, la lucha climática y la protección de la salud de los ciudadanos”.