Si bien en muchos casos la pandemia de coronavirus pudo significar un impulso positivo en su momento para las ventas de e-bikes y motocicletas eléctricas gracias a los trabajadores de reparto, para muchos importadores de Paraguay recién hace tan solo unos meses atrás empezó a crecer la demanda y a facilitarse la entrada de estas unidades desde países como China.
“Estuvimos muy bajos en cuanto a ventas durante la pandemia, aunque los últimos tres meses tuvimos un repunte dado que los casos de coronavirus bajaron significativamente”, advierte Fabián Tapiolas, fundador de Electroshop, que volvió a comercializar entre cinco a diez e-bikes al mes.
El servicio de mantenimiento y la venta de kits de conversión fueron un complemento importante para el dueño del comercio, teniendo en cuenta que los segundos cuestan la mitad de una bicicleta eléctrica.
Asimismo para otros vendedores, en la actualidad, el problema principal de ventas estuvo recayendo en las dificultades que implica la importación de los vehículos.
“Hoy estoy sin nuevo stock desde hace tres o cuatro meses porque está todo parado en la fábrica de China”, comenta Richard Martínez, vendedor de la marca Wheele, que agrega: “Hay muchos costos de fletes que se triplicaron. Estamos esperando un poco a que esto baje y se normalice el mercado chino”.
Según el representante de Wheele en Paraguay, desde el país asiático buscan enviar una entrega que tan solo cuenta con 10 o 20 unidades, número muy inferior en relación al que suelen manejar. Esto, en consecuencia, terminaría por encarecer aún más los costos, teniendo en cuenta que el traslado de los vehículos debería realizarse en mayor número de tandas.
Para mejorar el número de ventas en el país, ambos comerciantes consideran primordial ofrecer al cliente facilidades de pago.
“El tema del financiamiento siempre fue un poco el clavo para poder enganchar a la gente, pero a partir de que empezamos a facilitarlo nosotros mismos empezamos a mover un mayor número de pedidos”, afirma Martínez.
Por su parte, Tapiolas coincide: “Por fortuna, tenemos la posibilidad de financiar y lo estamos haciendo con cuotas de seis meses sin intereses, por ejemplo”.
Además, para Tapiolas es fundamental el servicio de mantenimiento que brinda su comercio dado que esto le otorga confianza al ciudadano que, en gran medida, desconoce y desconfía de las nuevas tecnologías. Al mismo tiempo, la evangelización de la electromovilidad es un punto clave para informar a la población de los beneficios de estos transportes.
“La gente todavía tiene miedo y justamente ahí entramos nosotros dándole soporte técnico inclusive a otras marcas, aunque no las representamos o vendamos”, indica y cierra: “Falta mucho para trabajar todavía. Hay ciudades en Paraguay prácticamente que no tienen idea de estos vehículos”.