El pasado 21 de marzo el Consejo de Administración de AUVASA aprobó la modificación del Proyecto de Presupuestos de gastos e ingresos del año 2022, que aspira a ser el mayor de la historia de la sociedad.
Con esta acción se confirmó la compra de 30 buses a GNG y 11 eléctricos, bajo una inversión prevista de 18,7 millones de euros.
Tras estos anuncios, el gerente de la operadora, Álvaro Fernández Heredia, justificó la decisión de la compra, como así también cuestionó los porcentajes de las subvenciones emitidas para este tipo de adquisiciones.
“Las ayudas son muy importantes para el conjunto de los proyectos. Pero precisamente para la adquisición de unidades eléctricas solo financian el 40%, lo que hace que solo sean atractivos si ya has tomado la decisión de comprarlos”, reconoce en este sentido.
En diálogo con Portal Movilidad España, explica que al haber vehículos que suelen costar el doble o el triple de uno a combustión, la financiación no es suficiente como para que el usuario decante por esa tecnología.
De esta manera, los planes de fomento “no llegan a funcionar como una verdadera palanca” para la transición a un modelo más sostenible.
“Si hubiese habido una financiación mayor, seguramente hubiésemos decidido incorporar más. Sin embargo, esa circunstancias no se han dado”, admite Heredia.
Pese a esta realidad, los planes de fomento no dejan de ser una buena noticia.
En este marco cabe recordar que desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) se anunció el giro de 1.000 millones de euros del fondo de recuperación para descarbonizar y digitalizar la movilidad urbana.
No solo eso, sino que el plan detalla que se prevé financiar la adquisición, por un importe de 141 millones de euros, hasta 650 autobuses urbanos cero emisiones y más de 45 vehículos eléctricos para la recogida de basura.
Dentro de esta inversión, están previstas las inversiones de Auvasa, las cuales también accederán a una parte de los 195 millones para la renovación de los coches y la instalación de puntos de recarga eléctricos.
Otras de las realidades que se han considerado a la hora de plantear los contratos de compra por parte del operador de Valladolid fue el hecho de acelerar la renovación de una flota que hoy en día “está muy anticuada”.
Es así, que al buscar dar una respuesta rápida y reconociendo el encarecimiento respecto a las necesidades de inversión en autobuses eléctrico, optaron por el GNC.
La apuesta por el hidrógeno
Hace un tiempo, en las calles de Valladolid, ha circulado un autobús de hidrógeno de Solaris, el cual ha demostrado un buen desempeño, pero ha sido solo un piloto.
Frente a las prueba que se han realizado, Álvaro Fernández Heredia da el visto bueno a este tipo de tecnologías, afirmando el hecho de que se trata de “una tecnología madura e interesante para estos segmentos”.
El único problema que ven en el H2 está vinculado con la distribución del hidrógeno y a los costes, ya que todavía no son asequibles.
“Una solución para el camión es el hidrógeno. Por la demanda que tiene se va a generar una fuerte inversión allí, que va a funcionar de palanca a la hora de mejorar las barreras que tiene ahora esta tecnología”, asegura al respecto.
Cuando esto suceda, prevé que “va a beneficiar directamente a los autobuses”, ya que no va a haber ese mismo desarrollo en el tema de vehículo industrial eléctrico porque las soluciones van a ser siempre más escasas.
Entonces cuando se desarrollen los avances para el transporte de larga distancia, podrán ser aplicados los mismos a la movilidad urbana.
Finalmente, el gerente de la empresa agrega: “Veo muchas más economías de escala y sinergias que acabarán dando como solución al hidrógeno, el cual permite instalaciones donde producirlo localmente”.