Los tiempos para instalar un punto de recarga en España, según el relato de múltiples CPO, se han convertido en extremadamente largos y extenuantes. Es que, para colocar un cargador «standard» la media es de 12 meses, si se tratase de una de alta potencia los tiempos van de 24 a 32 meses.
“En Italia es mucho más sencillo, sin lugar a duda, sigue teniendo sus ideas y vueltas, pero es más simple que en España”, comenta Ignacio Capurro, Head of Business Development en Powy.
La empresa comienza a realizar instalaciones en el país. Dedicada a todo tipo de potencias, puede dar su punto de vista desde un amplio espectro sobre cómo se llevan a cabo los procesos de instalación.
Otro apunte que realiza Capurro es que en el “Bel Paese” existe una mayor predictibilidad respecto a cuándo se tendrá instalado el punto de recarga y en qué momento estará operativo.
¿Cómo es el procedimiento burocrático italiano? Aquí en detalle:
- Solicitud de conexión a la distribuidora local de energía (DSO).
- Inspección Técnica: Entre 22 días laborales. Un técnico de la Distribuidora se pone en contacto con la empresa instaladora para fijar una inspección técnica in situ. La inspección, con DSO e instalador, tiene el objetivo de conocer la potencia disponible, el punto de distribución exacto, las obras que el instalador tiene que garantizar para que la distribuidora pueda colocar el nuevo punto de suministro.
- Cotización del DSO: Después de un tiempo de 20 días, aproximadamente, se recibe por parte de la Distribuidora una cotización de la potencia solicitada en la cual se especifica también los días necesarios por parte del DSO para la conexión a la red una vez que lo trabajos por parte del instalador son comunicados. Los días de alimentación varían en función de la necesidad del DSO de obtener permisos de la autoridad municipal y de la necesidad de hacer trabajos a la red para suministrar la potencia. Se dividen en trabajos simples (con 10 días laborales de alimentación), complejos (con 50 u 80 días de alimentación) o muy complejo (100 o más días). La cotización es aceptada y enviada a la Distribuidora.
- Instalación y puesta en marcha.
“Una diferencia es que la distribuidora trabaja directamente, viene a hacer la inspección antes y se presentan los papeles juntos. En cambio, en España el instalador presenta un informe y luego interviene la DSO”, explica Capurro.
Allí, la distribuidora tendrá un plazo de seis meses para responder y una vez dado el feedback, días después realizará las inspecciones pertinentes.
El proceso local, antes de la instalación de los puntos de recarga, comienza en una fase previa, donde la compañía ve si el proyecto es factible, hasta el lanzamiento del contrato de energía, donde los puntos logran la carga y se activan en la aplicación a la que tiene acceso el usuario.
Primero, y tras comprobar que hay potencia suficiente en la zona donde buscan instalar el aparato, se abre una “petición de potencia” con las distribuidoras de cada zona.
En función de esta última, la distribuidora les dirige a la red de baja tensión (por debajo de los 100 kilovatios) o a la red de media tensión (más de 100 kilovatios).
Cuando se refiere a baja tensión, la distribuidora suele contestar en 15 días, mientras que en media tensión, según un real decreto de la Ley del Sector Eléctrico, tienen hasta dos meses para hacerlo.
Si el proyecto es accesible (se suele tardar unos dos meses para analizar la potencia), se paga lo que se conoce como la carta de condiciones técnicas, y la empresa logra reservar la potencia solicitada durante tres años. Un tiempo de margen que se le da para evidenciar que se ha ejecutado la obra.
A partir de ese momento, las compañías que instalan estos puntos inician el proyecto, que suele tener una duración de un mes.
Si se necesita un punto de recarga de baja tensión en un terreno particular, según un real decreto que salió a finales de 2021, solo se necesitaría ya una declaración responsable de que el proyecto cumple con la ley y, en teoría, se podría instalar al día siguiente.
Por otro lado, en el caso de que el punto sea a través de una red de media tensión, hay que pedir otro permiso a la delegación de Industria de la comunidad autónoma (la media de espera está en alrededor de seis meses) para recibir el acta de autorización para la construcción.
Una vez que se logran la luz verde de los ayuntamientos (baja tensión) y los permisos (media tensión), se instala el punto de recarga: una semana se tarda en los primeros y dos meses en los segundos.