“Como región debemos definir cuál es nuestra estrategia en movilidad eléctrica para relacionarlos con otros ecosistemas o cadena de valor en el resto del mundo”, afirma Javier Peón, presidente de la Asociación Latinoamericana de Movilidad Sostenible (ALAMOS).
Un paralelismo podría ser la relación de Europa con Estados Unidos. Hoy el viejo continente ya superó a China en ventas de vehículos eléctricos con más de 3 millones de unidades.
“Esto es porque las metas son ambiciosas, la UE adelantó el objetivo de vehículos cero emisiones a 2035, las energías renovables deben tener una penetración del 40%”, explica durante el I Foro Internacional de Electromovilidad en Ecuador organizado por la Asociación Ecuatoriana de Movilidad Eléctrica (ASECMOVEL).
Por lo tanto, afirma: “Si como región o país se imponen restricciones en las emisiones desde el lado de la producción, pero no en la demanda, los vehículos eléctricos que se importen se fabricarán con una de las mayores tasas de emisiones”.
Esto es conocido como “ajustes fiscales en frontera” y se podría utilizar para establecer tasas o impuestos de importación para los países, empresas o industrias que no cumpla con los estándares de emisiones.
Por otro lado, podría ayudar a fomentar la industria nacional en los países de Latinoamérica. Ese es otro pedido de ALAMOS: pensar también en exportar movilidad eléctrica.
“Hay posibilidades de fabricar localmente vehículos eléctricos y sus componentes, al igual que para la cadena de valor de las energías renovables, de la digitalización, el litio y cobre”, sostiene Peón.
Y agrega: “Hablamos de Latinoamérica siempre sobre la necesidad de importación y de la demanda de nuestro transporte urbano. El tejido productivo local debe jugar un rol fundamental, la región tiene una gran oportunidad”.
En ese sentido menciona las experiencias ya vigentes como QV en Ecuador, Quantum en Bolivia, Modasa en Perú, lo propio en Argentina, Brasil, Colombia y México.
Por otro lado, se ha citado la institucionalidad. En Perú se articuló una asociación gremial, como es AEDIVE Perú, con actores presentes desde la academia, automoción, compañías eléctricas, industria, sector de digitalización y minería.
Sin embargo, “los avances son muy pocos porque falta el diseño de la estrategia para alcanzar la eficiencia de la movilidad eléctrica”, según el presidente de ALAMOS.
Cuando se habla de los beneficios de la movilidad eléctrica destacan los medioambientales, pero también los económicos.
En esa línea, indica: “El 60% de los potenciales compradores de un vehículo eléctrico refiere que la primera barrera es no contar con infraestructura de recarga, no el precio. No obstante, para el 90% de los recorridos habituales realizados por los modelos disponibles en el mercado es suficiente con una carga residencial o en un parking por la noche”.
“En ocasiones hay una falta de información sobre dónde se encuentran las auténticas barreras para una expansión más rápida de la movilidad eléctrica”, sostiene.