La guerra en Ucrania está demostrando una vez más cuánto avance tecnológico en todos los ámbitos de la vida puede traer ventajas inesperadas: es el caso de Eleek Atom una motocicleta eléctrica fabricada en Ucrania que ha sido suministrada al ejército ucraniano para su uso en operaciones donde la demanda especial requiere discreción .
Tras la invasión de Rusia, el Gobierno ucraniano se puso en contacto con la empresa local Eleek y solicitó un suministro de Atom.
La motocicleta eléctrica ucraniana tiene una ficha técnica muy interesante, porque es capaz de rozar los 90 km/h de velocidad máxima con un peso de apenas 70 kg, todo con una autonomía de unos 150 km y con capacidad para llevar bien 150 kg de carga.
En resumen, el Atom está demostrando ser una herramienta muy valiosa para las operaciones sigilosas de los francotiradores ucranianos: con la pequeña motocicleta eléctrica es fácil llegar a las áreas designadas sin hacer un ruido especial y también evitando los escaneos térmicos para que la misión pueda llevarse a cabo.
Además, permite salir de la forma más segura posible, sorprendiendo al enemigo y teniendo siempre la posibilidad de desaparecer en un instante y en un silencio casi total.
La Eleek Atom es un híbrido entre bicicleta y moto: están los pedales que, sin embargo, probablemente solo estén ahí por cuestiones burocráticas de cumplimiento de la normativa europea.
También se observan algunos frenos de disco que parecen mucho más adecuados para una bicicleta que para una motocicleta.
Las e-bikes están equipadas con suspensión y ruedas para todoterreno, ajustes electrónicos, control automático de la temperatura del motor y de la batería, y se pueden cargar en tomas comunes de 100 o 220 V. Cuentan con baúl, espacio para un segundo pasajero y USB para cargar dispositivos.
En las redes sociales, Eleek comparte sus pensamientos sobre la guerra que Ucrania ha estado enfrentando contra Rusia, demostrando su uso en situaciones de visitar lugares estratégicos y ayudar en las tareas militares.
La moto eléctrica es más ligera y portátil que las motos de combustión interna (a diferencia de los coches eléctricos, que suelen ser mucho más pesados porque necesitan baterías enormes). Esto ayuda mucho cuando necesitan ser transportados en botes inflables, carros comunes, incluso a mano, dependiendo de la situación.
Además, no tienen escapes ni motor caliente. Esto los hace invisibles para los drones rusos, que actúan buscando una firma térmica.
Y hay una cosa obvia: el silencio. Mamuka Mamulashvili, comandante de una unidad del ejército ucraniano compuesta principalmente por soldados de etnia georgiana (como él), dijo que solicitó las bicicletas eléctricas para sus equipos de francotiradores.
Era necesario que las motocicletas eléctricas entraran silenciosamente en un área objetivo, apuntaran al enemigo desde la distancia y luego salieran rápida y silenciosamente, antes de que los rusos pudieran responder con ataques de artillería.
La inclusión de las motos eléctricas en el conflicto, demostrando ventajas, es historia militar que se escribe. Después de Ucrania, es muy probable que otros países se interesen en desarrollar la tecnología y, quién sabe, algo de esto podría beneficiar su uso civil.