Luego del anuncio de la salida de Herbert Diess del Grupo Volkswagen, despedido en julio por la junta, se esperaba que con la entrada de un nuevo directivo las cosas comenzarán a cambiar.
Pero en realidad tomo menos tiempo de lo esperado. Sin siquiera haber asumido su nuevo puesto, Oliver Blume, actual CEO de Porsche y nuevo en el grupo automotriz, ya ha establecido otras reglas de juego.
«Vemos los combustibles sintéticos como un buen complemento a los coches eléctricos», ha declarado el empresario al medio alemán Automobilwoche.
El directivo alemán, de 56 años, se encargará de llevar adelante al consorcio alemán, a la par de la firma que ya dirigía, y en este proceso aplicará su visión en la toma de decisiones.
De manera que, el futuro de Volkswagen, en el mediano y largo plazo, podría inclinarse por los e-fuels.
La opinión del nuevo jefe de Volkswagen se basa en conceptos expresados por expertos del sector de la automoción.
Uno de los casos citados por el ejecutivo es el de Thomas Koch, del Instituto Tecnológico de Karlsruhe.
En declaraciones con el diario alemán FOCUS Online ha expresado: “Hay que mirar más allá del horizonte europeo. Desde una perspectiva global, una estrategia exclusivamente eléctrica que se base únicamente en la ideología y no en la viabilidad, podría fracasar, al menos, en el segmento de volumen”.
Pero la realidad es que Blume no solo se enfrenta a una junta directiva, sino que a las normativas emitidas a nivel Internacional.
Recientemente, la Unión Europea fijo metas más ambiciosas para alcanzar la descarbonización hacia 2050.
Debido a esto, la ecuación para llegar al fin del motor a combustión en 2035 ha dejado por fuera a los combustibles alternativos. Esto, a menos que los fabricantes puedan comprobar que son 100% sostenibles.
Desde otra óptica, durante sus años de trabajo, Diess había demostrado un fuerte acompañamiento al coche eléctrico.
Rechazó los e-fuels y reconoció su baja eficiencia y alto consumo de energía durante la producción.
Es más, el fanatismo del ex CEO de Volkswagen llego al punto de desafiar a Tesla por la carrera de la electrificación.
Enfrentando un duro camino para alcanzar su objetivo autoimpuesto de convertirse en el mayor vendedor mundial de vehículos eléctricos para 2025, Herbert Diess reconocía: “Será una carrera reñida, pero no nos rendiremos”.
En el marco de la conferencia FT Future of the Car 2022 agregaba: “Tengo que decir que no esperábamos que nuestro principal competidor estadounidense fuera tan rápido y tan bien preparado”.
Pese a esto, con el cambio de directivos las cosas pueden cambiar, pero la realidad es que la compañía automotriz ya tiene objetivos impuestos a medio y largo plazo.
Para 2030, se prevé reducir la huella de carbono en un 30% por vehículos en comparación con 2018.
Para ese mismo año, se estima que las ventas de autos eléctricos representarán un 50% del total y una década después, en 2040, el porcentaje llegaría casi al 100% en los principales mercados alrededor del mundo.
Finalmente, en 2050 se espera llegar a la neutralidad de emisiones de CO2 a nivel global.
Por ello, el principal problema para Oliver Blume no es si la tecnología es viable técnica o económicamente, sino que deberá enfrentarse a la normativa europea y a las metas que se ha fijado la empresa.
Pero la realidad demuestra que al Grupo Volkswagen ha estado teniendo un notorio éxito con sus modelos 100% eléctricos.
La gama ID de VW, el Enyaq iV de Skoda o el Porsche Taycan, han captado gran cantidad de compradores en toda Europa y el mundo.