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lunes 20 de junio de 2022
Dentro del Parlamento Europeo: ¿Cómo fue el proceso para alcanzar el fin del motor a combustión?
En conversación con Portal Movilidad España, la eurodiputada Susana Solís explica cómo fue el desarrollo del debate para llegar a la normativa definitiva que emitió el Parlamento.
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El pasado 8 de junio el Parlamento Europeo decidió ponerle fecha definitiva al final del motor de combustión, bajo consenso se acordó que será en 2035 cuando estos coches deberán dejarse de fabricar.

“Afortunadamente tuvo el consenso necesario y fue aprobado, si me preguntas por el balance, yo creo que ha sido muy positivo”, comenta Susana Solís, eurodiputada y miembro de los comités de Industria y Medio Ambiente del Parlamento.

Dentro del ciclo de Portal Movilidad España, “Personalidades”, destaca cómo se llegó a la aprobación de esta medida relevante y la postura que adoptó en la previa a su definición.

“Creo que la clave de todo fue el trabajo anterior que se hizo en la Comisión de Medio Ambiente porque ahí sí que fue determinante lo que se realizó”, explica Solís.

La eurodiputada votó en contra de las primeras propuestas, lo que hizo que decayeran por empate técnico. Según comenta dentro de la comisión hubo pedidos “por una transición al coche eléctrico demasiado abrupta”.

Solís explica que estas medidas “podían poner en peligro la viabilidad de la transición en España, así que en el Pleno volvieron a decaer esas propuestas tan ambiciosas”.

Si bien aún deberá haber nuevas votaciones en el Parlamento Europeo el próximo 27 de junio, ya se concretó el fin de las emisiones de CO2 en furgonetas y coches.

La fecha del 2035 “no se ha decidido aleatoriamente”, como comenta la eurodiputada se tuvieron en cuenta factores como la vida útil de un coche, que es de 15 años como media. 

“Es necesario que eliminemos los coches con emisiones en 2035, si queremos llegar al objetivo del 2050 siendo un continente neutro climáticamente, por lo tanto no se podría extender la fecha más allá del 2035”, sostiene.

En principio la postura de la Comisión de Medio Ambiente era “más ambiciosa” y quería ir a acelerar este proceso y poner fin al coche de combustión en el 2025 o en el 2030.

“Esto es irrealizable a corto plazo; las inversiones y la producción en las fábricas de automóviles ya están planificadas, no puede cambiarse de la noche a la mañana”, es contundente Solís.

Según su relato, la propuesta vino de un ponente holandés, “que como sabes para los Países Bajos esto no supone ningún problema, porque es una industria del automóvil con una penetración de eléctricos muy alta”.

Por eso expone que debía tenerse en cuenta lo que sucedía en otros países como España. “La acción nuestra con respecto al coche eléctrico es muy baja”, expresa.

El compromiso de los fabricantes

Puesto el objetivo definitivo, varias marcas pusieron sus propias metas para ponerle fin al motor de combustión. Desde el punto de vista de la eurodiputada ve “un compromiso del sector y de los fabricantes con llegar a cero emisiones netas en 2050”.

Resalta que desde el sector lo que se pide es un marco normativo claro y definitivo para “no tener que estar repensando sus estrategias a largo plazo cada pocos años”.

“Necesitan esa seguridad y yo creo que ahora con este nuevo reglamento tiene una señal clara”, explica.

Dentro de los reclamos de los fabricantes, Solís señala que existe otro punto que es de importancia para el sector. 

“Por mucho que se pongan en venta más vehículos eléctricos, si no se invierte en los puntos de recarga, y especialmente los puntos rápidos, nadie se va a poder comprar un coche eléctrico en España”, comenta.

A lo que la eurodiputada añade que “por lo tanto el objetivo del 100% en el 2035 no puede ser en ningún caso aislado, y tiene que ir alineado al reglamento de infraestructura de puntos de recarga”.

 

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