La idea en torno al sentido de propiedad de coche está cambiando. Esto puede verse en cómo cada vez las autoescuelas cuentan con menos jóvenes que quieren sacar su carnet de conducir.
La movilidad para ellos pasa por otra cosa. Buscan llegar de un punto “A” a uno “B” de la manera más simple, rápida y económica posible y no les importa usar el transporte público, su propio coche o un sistema compartido.
Frente a este cambio de visión, durante el panel: “Sector automoción: Planes para la transición hacia la movilidad eléctrica y sostenible”, los principales fabricantes de vehículos debatieron sobre el desafío que supone todo esto.
“Kia ya no va a ser una marca que venda coches, sino que va a ser un proveedor de servicios de movilidad”, explica Carlos Sanchez Sanz, Head of Customer Experience and MECA de KIA.
Desde la empresa ya han advertido dentro de sus redes de concesionarios que los ingresos que van a ir percibiendo en los próximos años no van a ser solo por la venta de coches.
Y esto se debe al cambio de paradigma al que se está enfrentando el sector transporte.
“El trabajo de se va a fragmentar y las prestaciones que se brinden al cliente va a ser lo que va a seguir manteniendo los negocios”, adelanta Sanchez en su paso por el último especial de Portal Movilidad España.
Las tareas ya las están cumpliendo. Desde KIA se lanzó en marzo el nuevo sistema de coches compartidos Wible, por el medio del cual se puede alquilar por el tiempo que se desee una unidad y recorrer la ciudad.
Este nuevo servicio está disponible en una selección de concesionarios de la firma y está concebido para los clientes que buscan nuevas formas de acceso a vehículos, ya que esta fórmula ofrece una mayor flexibilidad.
“El tema del carsharing esta super bien porque ayuda a reducir la huella de carbono, pero todavía está muy concentrado en zonas urbanas, mientras que en las rurales el vehículo privado tiene mucho recorrido”, comenta Patrick Schinnerling, Responsable de movilidad eléctrica y medioambiente de Grupo Volkswagen España Distribución.
Desde su visión esta tendencia es muy positiva, pero todavía tiene que seguir expandiéndose, no solo en el caso de KIA sino que también desde su propio lugar.
Brindan servicios, pero siguen fabricando coches
Las discusiones en torno a cómo ha cambiado el rol de las empresas automotrices en este juego también da paso a cómo se modifican las demandas de los usuarios.
No todos los jóvenes perdieron el sueño de tener propio coche, pero sí ha evolucionado la idea de cómo es ello.
Es aquí donde Juan Carlos Muñoz, Consumer Experience en Volvo, explica que sus desarrollos tecnológicos están centrados en las prestaciones que puede dar cada vehículo.
“Tenemos que vender nuestros modelos a colectivos muy distintos, a nuestros padres, a nosotros y a nuestros hijos. Tres generaciones que piden tres productos muy diferentes”, alerta en este sentido el ejecutivo de la firma.
A lo que agrega: “Los más chicos lo que nos están pidiendo es un Iphone con ruedas, mientras que a los más grandes no les hables de tanta tecnología porque pueden asustarse”.
¿Qué se hace con todo esto?
Es un momento complicado donde no han visto nunca tantos lanzamientos y desarrollos de tecnologías en tan poco tiempo.
Por ello, se encuentran pensando en la manera de poder definir un modelo de software que avance al ritmo que marca el mercado, pero que a su vez no requiera que los usuarios deban acercarse a los talleres frente a cada cambio.
Es aquí, donde entra la idea de que cada coche llegue a actualizarse mientras que su dueño está durmiendo.
“Estamos trabajando para que cada actualización, nueva prestación o innovación se integre cuando el automóvil se encuentre parado, hacía ese modelo es al que nos tenemos que dirigir”, sugiere Muñoz desde su experiencia en Volvo.