Olaf Scholz, el jefe de Gobierno de Alemania, visitará Chile prontamente en el contexto de una gira para la cual pasará también por Argentina y Brasil.
Así fue reportado por el medio alemán Deutsche Welle, recordando que la última vez que un mandatario del país europeo visitó Chile fue hace diez años, cuando el cargo era ostentado por Angela Merkel.
“El viaje del canciller Scholz a Chile, Brasil y Argentina, se realiza en el marco de una necesidad de estrechar los vínculos con América Latina ante una situación donde Alemania, al igual que América Latina, son regiones afectadas por las consecuencias de la guerra en Ucrania», explica Gitte Cullmann, representante de la Fundación Heinrich-Böll, vinculada al partido alemán Los Verdes, a DW.
Y agrega: «En el caso alemán, por su dependencia energética de los hidrocarburos rusos; en el caso chileno, por una contracción económica, inflación y caída en los empleos”,
Un elemento que se suma a esta relación bilateral es la estrategia que hay detrás.
Andrés Bórquez, coordinador del Magíster en Desarrollo y Cooperación Internacional de la Universidad de Chile, explica que “la visita de Scholz refleja la disposición de mantener un diálogo político estrecho en un clima de confianza mutua que se ha mantenido a lo largo del tiempo”.
“Esta visita abre un espacio para elevar estas relaciones a un nuevo nivel, más estratégico para ambos países en asuntos energéticos, por ejemplo. Alemania tiene una necesidad de energía y Chile apunta a ser un proveedor de energía renovable a largo plazo, además de perfilarse como un proveedor relevante en la electromovilidad gracias al litio, algo que es de gran interés para los alemanes», explica el académico a DW.
Luego, añade: «Entonces, tenemos una mirada pragmática que refuerza la relación de los dos países”,
Aunque parece que la relación chileno-alemana no puede ser mejor, Gitte Cullmann espera que en esta visita “se produzca una cooperación más intensa en los esfuerzos por contener las consecuencias del cambio climático y mejorar las prácticas de protección al medio ambiente.
También sería de esperar que ambos gobiernos manifiesten una mayor cooperación en el tema del hidrógeno verde.
Chile está interesado en desarrollar esta industria energética y descarbonizar los procesos productivos nacionales.
Alemania, por su parte, en contribuir a su desarrollo en Chile y ver la posibilidad de un intercambio económico en ese sector.
Lo mismo ocurre con la electromovilidad: Alemania está interesada en ayudar a desarrollar cadenas de valor en la industria chilena y aportar al desarrollo tecnológico y científico del país”, concluye la representante de la Fundación Heinrich-Böll.
Los acuerdos económicos, culturales, ambientales y educacionales son numerosos entre Chile y Alemania, pero quizás lo más importante en esta estrecha relación es la visión colaborativa y de amistad que han manifestado los representantes de estos países, independientemente del color político que los gobierne.
Para el exministro de Relaciones Exteriores chileno Heraldo Muñoz (2014-2018), la visita de Scholz responde a que “nuestro país comparte con Alemania una firme adhesión a la democracia y los Derechos Humanos, tienen una vinculación económica estrecha, comercial y de inversión, y están ligados por el Acuerdo de Asociación Chile-Unión Europea, recientemente modernizado”, señala en entrevista con DW.
Las relaciones entre Chile y Alemania cuentan con una larga historia que tiene sus orígenes en la época de la colonización, en el siglo XIX, recuerda el mismo medio.
Según indica, el pasaje oscuro de la historia en común de ambos países fueron los 17 años de la dictadura militar de Augusto Pinochet, época en que tanto Alemania Occidental como Alemania Oriental mantuvieron el distanciamiento.