Con el firme objetivo de democratizar la movilidad, Astara Move apuesta por el servicio de pago por uso, tanto de suscripción como de carsharing.

En este último caso, han adquirido las operaciones de GoTo, una empresa pionera en el ámbito de la movilidad compartida, que por el momento brinda servicio en la ciudad Madrid.

Actualmente, disponen de una flota compuesta por aproximadamente 2.300 vehículos, de los cuales 1.700 están disponibles para suscripción.

En tanto, los 600 restantes se encuentran destinados al servicio de carsharing. De ellos, 300 son 100% eléctricos y 60 cuentan con etiqueta Eco.

Carlos Reina, jefe de Astara Move.

Carlos Reina, el Chief de la compañía, confirma a Portal Movilidad España que alrededor del 50% de la flota en el servicio de pago por uso es eléctrica.

Mientras que en el carsharing, este porcentaje se eleva al 65%.

“Nuestra meta es lograr la electrificación total de nuestra flota de carsharing para el año 2027 y expandir nuestra suscripción a 30.000 vehículos para ese mismo año”, remarca.

En este marco, Astara forma parte de la iniciativa global EV100 con el objetivo de electrificar toda la flota para el 2030 y así contribuir a acelerar la transición a los vehículos eléctricos.

En este contexto, recientemente han lanzado un servicio de suscripción de cargadores.

“No nos limitamos solo a la promoción de vehículos eléctricos, sino que también ofrecemos soluciones para la instalación de cargadores privados en viviendas o empresas de los usuarios”, detalla el jefe.

Sin embargo, según anticipa Reina, se encuentran en proceso de negociación con diversas empresas para extender el acceso a la carga pública.

“Nuestro objetivo a futuro es que, a través de la aplicación de Astara, los usuarios no solo puedan disponer de su vehículo, sino también identificar, seleccionar, reservar e incluso abonar un cargador de su elección”, agrega.

Por el momento, la firma ofrece la plataforma Astara Play, por medio de la cual los usuarios tienen la posibilidad de localizar tanto estaciones de servicio como puntos de recarga, y así planificar sus rutas.

En este momento, Astara Move ha superado los 100.000 usuarios registrados en el servicio de pago por uso. 

De ellos, alrededor de 20.000 son activos, «definidos como aquellos que han realizado transacciones en los últimos 12 meses».

“Para 2027 nos gustaría superar el medio millón de usuarios”, adelanta Reina.

Sus operaciones se encuentran centradas en España, principalmente en la ciudad de Madrid.

Dentro del servicio de carsharing ofrecen dos modelos. Por un lado, «One Way», el cual se encuentra disponible únicamente en la región central de la capital.

“Disponemos de vehículos ‘free floating‘, es decir, 100% eléctricos, que se pueden tomar en un punto de la ciudad y devolver en cualquier otro”, indica el Chief. 

Este modelo beneficia a los particulares que requieren desplazarse dentro de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).

Por lo que las ZBE no solo contribuirán a reducir las emisiones de CO2, sino también impulsarán el crecimiento tanto del carsharing como del modelo de suscripción.

Por otro lado, Astara ofrece el servicio “Roundtrip”, con vehículos estacionados en diversos parkings.

Estos pueden alquilarse desde dos horas hasta diez días y deben ser devueltos al mismo punto de partida.

Esta segunda opción, al igual que el pago por suscripción, se encuentra disponible en toda la península española.

No obstante, para el año 2024 esperan comenzar a expandirse a Portugal, Suiza y Chile, y a más de 10 países para 2027.

Astara compra GoTo en España para apostar por el coche compartido.

Astara enfrenta demoras en las tramitaciones

Según detalla el jefe de la empresa, han alcanzado el máximo de solicitudes permitidas en el marco del Plan Moves para su flota.

Por lo tanto, ante la posibilidad de una nueva edición del programa, proponen aumentar el número de unidades elegibles para recibir estas subvenciones.

“Nos gustaría poder aplicar el Plan Moves a todos nuestros vehículos eléctricos”, expresa Reina.

Sin embargo, han observado cierta incertidumbre en los plazos de concesión de las ayudas.

«Desde el momento en que se solicitan hasta que se hacen efectivas, suele transcurrir alrededor de un año, y en algunos casos específicos, se aproxima a los dos años», expone.

A pesar de ello, considera que en España la administración está realizando un trabajo significativo y eficaz para impulsar la electrificación.