2024 es un año de transición gubernamental para muchos países de Latinoamérica, y México no es la excepción.
¿Estará la movilidad eléctrica en las agendas de los candidatos al Gobierno Federal y los Estados?
En diálogo con Mobility Portal Latinoamérica, José Zozaya, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), da sus impresiones sobre qué esperar dentro de los próximos meses y en qué se enfocará la organización.
Para la movilidad eléctrica habrá crecimiento e inversiones, pero no política pública
La electromovilidad es hacia dónde se moverá la industria automotriz a nivel mundial. Esa es la proyección del presidente de AMIA.
Como séptimo productor de automóviles a nivel mundial, México no puede quedarse atrás.
Pero aún hacen falta políticas públicas. Y es sobre este punto que la Asociación insiste.
Para que esto sea una realidad, quienes protagonizarán los diferentes niveles de Estado deben asumir el compromiso.
“Tenemos como foco poner en la mesa de los candidatos los temas primordiales sobre movilidad eléctrica y energías limpias. Estamos en comunicación con sus equipos, platicando con ellos y buscando que sea un tema relevante en su campaña y, desde luego, en sus gobiernos”, finaliza.
México posiblemente vea terminar otro mandato presidencial sin un marco regulatorio en electromovilidad.
Esa fue la tendencia durante los últimos cinco años y desde el sector no creen que se revierta en los próximos meses.
A pesar de que hubo ciertas conversaciones y creen que hay interés por parte del Gobierno, de acuerdo con Zozaya, tradicionalmente en el último año de la administración siempre se avanza muy poco.
Pero hay un punto que sí ha despertado interés y es el fenómeno del nearshoring.
“Creemos que la llegada de nuevas inversiones puede incrementar la figura del nearshoring en la que hay tanto interés, por eso es que la conversación obligada es el tema de la electromovilidad, porque representa el futuro mismo de la industria automotriz”, declara.
La llegada de las inversiones extranjeras también debe darse junto a la construcción de confianza.
La relocalización les posiciona como centro de interés porque muchas empresas y asociaciones automotrices de países como China tendrían intención de radicarse en cercanía a los consumidores estadounidenses.
Y esa cercanía es México.
Respecto a esta cuestión se hacen eco los recientes anuncios como los que tuvieron lugar en Nuevo León sobre el desembarco de grandes proyectos de inversión productiva.
De acuerdo al referente, la llegada de empresas como Tesla son una señal de que los grandes empresarios efectivamente ven a México como una buena oportunidad.
Por otra parte, armadoras ya establecidas han anunciado inversiones importantes en electromovilidad en sus plantas de fabricación.
“Se tiene un estimado que por cada armadora que se establece en una región, llegan alrededor de 40 empresas en lo relativo a servicios de autopartes”, señala Zozaya.
Agrega que este hecho es “una muestra de confianza no sólo en el país, sino también en la competitividad y eficacia de su mano de obra”.
“Confianza en que México es un país en el que se puede invertir y donde hay respeto por el estado de derecho y que sigue siendo muy competitivo a nivel mundial”, afirma.
Pero más allá de este escenario, el representante vuelve a hacer hincapié en lo importante que es para México construir políticas públicas que, de la mano con inversiones fructíferas sienten precedentes positivos.
Esas políticas son la llave de acceso a cualquier objetivo que se planteen las propuestas de estrategias nacionales de movilidad eléctrica que aparezcan en los próximos años.
Para concluir, subraya que el sector automotriz es uno de los más importantes de la matriz económica.
“Un millón de mexicanos dependen económicamente de esto, beneficia a tres millones y medio la industria automotriz en general e indirectamente alcanza a 39 millones. Es fundamental este cambio tecnológico porque es una parte muy importante de nuestra economía”, explica.
México en el mapa de las relaciones internacionales
El referente hace hincapié en que México debe mantener su relevancia en la industria automotriz a nivel global.
Esto implica transformarse acorde a la evolución de las tecnologías.
“Para México el cambio de tecnología es un factor fundamental. La industria automotriz está tan integrada en la economía nacional que no sólo implica tener o no la infraestructura, poder utilizar o comprar un vehículo de estas características, sino aún más importante: poder seguir siendo líderes en fabricación, venta y exportación de vehículos”.
Además cobra relevancia la relación con los vecinos.
El T-Mec, firmado en 2019, reemplaza al Tratado de Libre Comercio norteamericano (TLC/NAFTA)
Sobre todo cuando uno de esos vecinos es Estados Unidos, a quien México exporta un 80% de su producción automotriz.
EE.UU también está en el período pre-electoral y desde AMIA ven con atención qué papel jugará la movilidad eléctrica en las relaciones comerciales formalizadas en el T-Mec.
“Nosotros hemos sido activos en esto, hemos ido a Washington incluso a ser cabilderos a favor del T-Mec y creemos que este año va a ser un año de mucha actividad sobre todo tomando en cuenta que viene una revisión del mismo en dos años”, continúa.
Zozaya dice que están expectantes sobre “el matiz que este tratado tome para los candidatos que triunfen en cada nación”.
Puntualiza que cualquier modificación podría generar variaciones importantes en el mercado mexicano.
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