Partiendo de la premisa de que los automóviles autónomos y conectados en un futuro “serán todos eléctricos”, Aitor Fernández Martín hace un repaso sobre los beneficios de la adopción de estos formatos.

En un primer lugar, la conexión entre la conectividad y la gestión de los puntos de recarga permitirá gestionar las rutas de viaje de una manera más eficiente.

Aitor Fernández Martín, presidente de AEVAC

Asimismo, considera que no puede pensarse una red de recarga eléctrica que “no esté correctamente conectada”.

Esto lleva a que al contar con un mapa completo, una ruta bien definida y un sistema de conducción que se adecúa a las condiciones del tráfico, que también se utiliza de manera optimizada, se permite generar un ahorro energético realmente alto.

“Solo los sistemas de manejo de los segmentos autónomos permiten economizar hasta un 43% el consumo”, asegura en este sentido.

Además, Fernández Martín destaca el hecho de que España tiene grandes peculiariedades para la generación de renovables y un objetivo claro de lograr una mayor eficiencia energética.

“Es también muy interesante la apuesta que se está haciendo por el vehículo eléctrico y si eso lo llevas de la mano con el autónomo, pues sí que se pueden obtener importantes reducciones en el consumo total de energía”, apunta.

Otro de los factores que permitirán consolidar la apuesta por este tipo de automóviles es la gestión de los datos que podrán obtenerse.

Todos estos en un futuro cercano podrán ser monetizables y permitirán que sectores, como de logística e industrial, puedan beneficiarse rápidamente.

Siendo así, estos serán los ámbitos que mayor impulso tendrán por la autonomía y la electrificación de sus sistemas de transporte.

De esta manera, Fernández Martín hace énfasis en el hecho de que “las funcionalidades del vehículo autónomo impulsarán la penetración de la electrificación en el mercado europeo”.

Necesidad de desarrollo local

Desde la asociación notan que es momento que España sea capaz de facilitar las condiciones para innovar y plantear nuevas propuestas que en el largo plazo acerquen al objetivo de obtener tecnologías propias.

Por lo cual, su presidente plantea: “Necesitamos favorecer un ecosistema lo más abierto posible, para que se puedan hacer pruebas siempre con las medidas de seguridad máximas”.

De este modo, buscan que se establezcan normativas sencillas que estén en consonancia con estándares internacionales “para que las cosas se hagan a nivel local”.

La administración cuenta con un papel clave, ya que es la encargada en este punto de permitir que los actores tengan la oportunidad de desarrollar propiedad intelectual española en el plano de los coches eléctricos y autónomos.

“Ahora el punto está en decidir qué rol quieres adoptar: el de ser un desarrollador y beneficiarte de todo lo que va a conllevar o simplemente volver a comprar algo que se diseñó en el exterior”, sostiene Aitor Fernández Martín.