Polonia apelará contra las normas de la Unión Europea para poner fin a la venta de automóviles de combustibles fósiles en todo el bloque a partir de 2035 ante el máximo tribunal de la UE en unos días, dijo el lunes la ministra de clima del país, Anna Moskwa.
Un paquete de regulaciones de la UE aprobado a principios de este año tiene como objetivo lanzar un nuevo mercado de carbono para controlar las emisiones de los edificios y el transporte, reduciendo las emisiones de carbono de los turismos y furgonetas a cero a partir de 2035.
Polonia ha sido el único país que se ha opuesto constantemente a la propuesta y votó en contra de las reglas, argumentando que carecían de un análisis adecuado de las consecuencias sociales y de mercado de la prohibición.
“No estamos de acuerdo con este y otros documentos del paquete Fit for 55 y lo llevaremos al Tribunal de Justicia Europeo. Espero que otros países se unan”, dijo Moskwa a Radio Zet el lunes.
«Presentaremos la moción en los próximos días», aseguraba.
¿Dónde quedaron las negociaciones por el 2035?
En una reunión en Bruselas el pasado marzo, los 27 embajadores de la Unión Europea han decidido incluir en el 2035 como punto sin discusión el acuerdo en el orden del día del Consejo de ministros de Energía.
Esto supone dar luz verde a la nueva norma de e-fuels y someterlo al voto de los ministros para su formalización.
Según han informado fuentes comunitarias a medios locales, el acuerdo cuenta ya con el respaldo de Alemania, pero tendrá el rechazo de Polonia e Italia, además de la abstención de Bulgaria, si bien, con el cambio de Berlín en torno al 2035, este grupo de países deja de tener peso suficiente para bloquear el acuerdo.
El acuerdo se ha materializado semanas después de que las reservas de Alemania se sumaran a las de Italia –que reclamaba una excepción a los biocombustibles— y obligaran a aplazar la votación sin nueva fecha.
Todo esto, hasta que el vicepresidente para el Pacto Verde Europeo de la Unión Europea, Frans Timmermans, anunciase un acuerdo con Berlín para el levantamiento de su veto.
Las dudas de último momento de ambas delegaciones generaron inquietud en las instituciones dado que podían poner en riesgo la adopción de una norma que forma parte del paquete climático que la UE quiere impulsar esta legislatura para reducir, al menos, en un 55% las emisiones contaminantes.
La medida ya se aprobó en el pleno del Parlamento Europeo del pasado 14 de febrero, pero fue en las negociaciones a nivel de Estados miembro donde Alemania mostró sus reticencias sobre un acuerdo entre instituciones que ya se acordó el pasado otoño.
Desde la Unión Europea defienden que este encaje de los combustibles sintéticos no afectará al acuerdo cerrado ya entre el Parlamento Europeo y los Veintisiete en cuanto a la prohibición de comercializar los vehículos de combustión en la UE a partir de 2035.
Mientras tanto, fuentes diplomáticas subrayan que lo importante ahora es evitar que este tipo de maniobras “debiliten” el funcionamiento de las instituciones europeas, ya que esta es la “verdadera preocupación”.
Empresas hacia los combustibles sintéticos
Según un estudio de 2021 de la organización Transport & Environment, los automóviles que funcionan con este combustible emiten la misma cantidad de óxido de nitrógeno y más monóxido de carbono y amoníaco que los que usan combustibles fósiles.
Sin embargo, empresas, industrias y gobiernos comienzan a tomar esta dirección.
La empresa británica Zero Petroleum, fabricante de combustible sintético, comercializa su producto a 2831 euros el litro. Según la compañía, el objetivo es tenerlo en el mercado a un precio razonable en los próximos años.
El principal problema al que se enfrenta el mercado de los combustibles sintéticos es el costo, y el segundo tiene que ver con la capacidad para alcanzar una producción a escala que limite su precio.
La compañía alemana Siemens Energy montó la primera planta integrada del mundo de combustible sintético con el objetivo de demostrar que los eFuels pueden comercializarse en grandes cantidades y a precios competitivos.
El proyecto fue instalado en el sur de Chile ya que la región ofrece hasta 6.000 horas de funcionamiento a plena carga para generar electricidad verde, alrededor de tres veces la cantidad disponible en Europa.
La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio Federal de Asuntos Económicos y Protección del Clima de Alemania.
Por su parte, el famoso fabricante automotriz alemán, BMW, declaró su compromiso en la investigación de los combustibles sintéticos para seguir desarrollando motores de combustión de seis y ocho cilindros.