Mundo | Vehículos Eléctricos
lunes 11 de marzo de 2024
Bombardeo electoral. Cada vez más cerca de la Casa Blanca, Trump «inquieta» a la industria eMobility mundial
Entre promesas y declaraciones sarcásticas, las elecciones primarias colocan nuevamente a Joe Biden y Donald Trump en el ojo de la contienda pública. Mientras tanto, el mundo se pregunta -y se preocupa- qué le deparará a la electromovilidad.
Trump
Compartí la nota

El Supermartes, sumado a la renuncia de la republicana Nikki Haley, dejó las cartas electorales repartidas en Estados Unidos, en un dejá vú que nos retrotrae a un 2020 invertido. 

Con un historial de mandatos y una serie de declaraciones contundentes por ambos candidatos, no es necesario recurrir a Baba Vanga para conocer el futuro de las políticas energéticas durante los próximos cuatro años. 

La preocupación principal, en el caso de la industria eMobility, recae en la oposición republicana, liderada por un Donald Trump que califica a los vehículos eléctricos como “costosos” y de escasa autonomía. 

De hecho, ha tildado de “ridículas” a aquellas iniciativas que incentivan la transición hacia la electromovilidad, y hasta ha comparado, rozando un humor digno de stand up, a su adversario Joe Biden con un coche eléctrico. 

¿Por qué? Ninguno de los dos sería capaz de “llegar muy lejos”. Ba dum tsss.

Pero más allá de las declaraciones en campaña y recurriendo a datos concretos, el recuerdo del mandato de Trump, post Barack Obama -también pro movilidad eléctrica-, tampoco entusiasma al sector. O al de la electromovilidad, al menos, no. 

La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París en 2017, la revocación de normas de seguridad para perforaciones de petróleo y la apertura escasamente limitada a favor de la explotación de recursos naturales fueron algunas de las banderas del expresidente. 

Estos guiños hacia los hidrocarburos hacen cuestionarse a analistas como Leonardo Beltrán, consultado por Mobility Portal Latinoamérica, hacia dónde avanzaría la movilidad eléctrica bajo el mandato de un republicano.

Algunas preguntas rondan alrededor de los estándares de eficiencia de los vehículos, diseñados para empujar a los fabricantes hacia una transición eléctrica veloz en esta década.

Asimismo, una potencial eliminación del paquete de beneficios, ejecutado por la administración Biden-Harris, también quita el sueño a más de un inversor o usuario eMobility. 

Vale recordar que, en 2021, el actual presidente estableció como nuevo objetivo que la mitad de los vehículos vendidos en el país para 2030 sean eléctricos de batería, de celda de combustible o híbridos enchufables.

Según el Gobierno nacional en un comunicado de enero, desde la asunción de Biden, las ventas de vehículos eléctricos se han cuadriplicado, con más de cuatro millones y medio de unidades cero emisiones en circulación.

El anuncio afirma que ser propietario ya no es posibilidad para unos pocos, gracias a que los precios disminuyeron más del 20% respecto al año anterior.

La cantidad de puertos de carga disponibles públicamente también creció en más del 70%, con 170.000 cargadores de vehículos eléctricos disponibles en todo el país, lo que coloca a Estados Unidos en camino de implementar 500.000 dispositivos para 2026, logrando la meta del Presidente cuatro años antes.

A su vez, unos meses atrás, el Departamento del Tesoro y el Departamento de Energía publicaron las definiciones previstas para los sectores censales elegibles, que confirmarán que el crédito fiscal 30C para el cobro de vehículos eléctricos de la Ley de Reducción de la Inflación está disponible para aproximadamente dos tercios de los estadounidenses.

Este crédito fiscal ofrece hasta un 30% de descuento en el costo del cargador a personas y empresas en comunidades de bajos ingresos y áreas no urbanas, lo que hace más asequible la instalación de infraestructura de carga y aumenta el acceso al abastecimiento en comunidades desatendidas.

Además, los Departamentos de Transporte y Energía anunciaron $325 millones en nuevas inversiones en tres programas para:

  • Aumentar la confiabilidad y resiliencia de los cargadores de acceso público.
  • Avanzar en las tecnologías de vehículos eléctricos. 
  • Apoyar el desarrollo de la fuerza laboral para la implementación y el mantenimiento de la carga de vehículos eléctricos.

Este nuevo financiamiento reparará y reemplazará los cargadores existentes que no funcionan en todo el país; reducirá los costos de implementación de carga en comunidades desatendidas y los correspondientes a la batería.

Estas inversiones siguen a las asignaciones de $623 millones anunciadas para implementar la carga pública en las comunidades y llenar los vacíos en la red nacional.

Hasta la fecha, se han anunciado más de 25 mil millones de dólares de inversión en la red de carga de Estados Unidos, incluidos más de 10 mil millones de dólares del sector privado. 

Desde que Biden asumió el cargo, se han proclamado o abierto al menos 40 fábricas de cargadores. 

Estas instalaciones ahora tienen capacidad para producir más de un millón de cargadores cada año, incluidos 60.000 rápidos. 

Trump vs China, un rival común con Biden

Diversos analistas coinciden en que, de ganar Trump, la industria automotriz europea podría enfrentarse a aranceles más elevados debido a su perfil proteccionista.

Sin embargo, las tensiones se endurecen cuando se menciona al Godzilla de la electromovilidad: China.

Entre los rumores que circulan hoy, uno indicaría que Trump ya habría hablado con sus asesores sobre la posibilidad de prohibir la venta de coches eléctricos fabricados en China (o en otros países con piezas procedentes del país asiático). 

Asimismo, la “amenaza” china no es solo un fantasma que persigue a los republicanos. 

La penetración, por medio de México, está en el foco de discusión en el territorio norteamericano. 

De hecho, ante la necesidad de contar con cadenas de suministro resilientes y menos dependientes de China, estimular el desarrollo tecnológico y la transición energética, la administración Biden-Harris promulgó la Ley para la Reducción de la Inflación (IRA) el 16 de agosto del 2022.

La IRA contempla incentivos por alrededor de 369,000 millones de dólares para enfrentar el cambio climático y fortalecer la seguridad energética.

No obstante, de manera más específica, busca impulsar el mercado de los autos eléctricos.

Desde la promulgación de la ley, se calcula que hasta ahora los anuncios de inversiones para la manufactura de estas unidades y baterías se acercan a los 157,000 millones de dólares.

Para estimular la demanda, la IRA también otorga incentivos para que los consumidores estadounidenses adquieran vehículos eléctricos: 

  • 3,750 dólares si el porcentaje aplicable (40% a partir del 2023 y 80% en el 2027) del valor de los minerales críticos contenidos en la batería se han extraído en Estados Unidos o en un país con el cual se tenga un tratado de libre comercio.
  • Y se suman otros 3,750 dólares si el porcentaje aplicable (50% en el 2023 y 100% en el 2029) de los componentes de la batería se han manufacturado en América del Norte, lo que incluye a México.

Paciencia y más paciencia hasta noviembre

Las estrategias de juego de Biden y Trump no parecen ser sorpresa. 

Pero mientras la industria entera, y especialmente la concentrada en México, observa con atención la contienda electoral, algunos debates continúan en auge.

Hasta el momento, será deber del actual mandatario resolver las discusiones con la Unión de Trabajadores Automotrices de Estados Unidos (UAW).

Vale recordar que, en diciembre, se conoció que el sindicato está presionando al gobierno para que aumente los aranceles a la importación de vehículos eléctricos y autopartes chinas ensambladas en México.

La UAW argumenta que la inversión china en México está violando las reglas de origen del T-MEC, que requieren que al menos 75% de los componentes de un vehículo ensamblado en América del Norte provengan de la región.

La UAW también solicita a la Administración de Joe Biden que trabaje con México y Canadá para armonizar los mecanismos de evaluación de la inversión extranjera directa entrante.

A su vez, según el oficialismo, en la actualidad, “los republicanos en el Congreso están tratando de frustrar este progreso, aprobando una medida que eliminaría los estrictos estándares nacionales de fabricación del gobierno federal para los cargadores de vehículos eléctricos”.

Y en consecuencia, asegura: “El Presidente ha prometido vetar esta resolución, que perjudicaría a los trabajadores estadounidenses, socavaría la fabricación nacional y beneficiaría a naciones competidoras como la República Popular China”.

Todavía resta mucho por ver, aunque difícilmente los puntos ganados por la electromovilidad puedan perderse, considerando a toda una industria automotriz -entre muchas otras- con una hoja de ruta definida hacia lo eléctrico. 

¿Será entonces con Trump un «make America great again» con o sin autos eléctricos?

Destacados.