La primera cuestión a tener en cuenta al plantear el trazado de los recorridos e implementación de un bus eléctrico es definir la gestión de la recarga.
Según plantea Israel Vallejo, responsable de departamento de TMB Barcelona, en diálogo con Portal Movilidad España debe decidirse si se optará por una carga de ocasión, durante el recorrido, o en cochera, en la noche.
Si se opta por la alimentación nocturna se tiene que ser consciente de que se deberán invertir entre cuatro y seis horas, tiempo que la unidad permanecerá parada.
Por lo cual deberá proveerse que otro coche cubra ese bache o que los horarios estén planteados en base cronograma planteado para completar las baterías.
Considerando las dificultades que este sistema puede implicar, la empresa estatal optó por la recarga de oportunidad.
“Al escoger esta estrategia se debió poner como principal requisito que los buses cuenten con la autonomía suficiente para que puedan llegar hasta las cocheras”, explica en este sentido el especialista.
El trazado de las rutas cuenta con enchufes al inicio y al final de un recorrido, pero las líneas requieren que solo se efectúe la recarga en un extremo.
Por lo tanto, al finalizar el recorrido el bus tiene que poder pasar el último punto de alimentación y llegar hasta su punto final: la cochera.
Asimismo, subraya: “Lo que un operador debe considerar es que puede estropearse el cargador de uno de los extremos, por ello es ideal contar con un segundo para no afectar el ritmo de los recorridos ni a los usuarios”.
Particularmente el operador de Barcelona instaló puntos de recarga dobles, para evitar perder la posibilidad de enchufar un bus por fallas técnicas y para poder agilizar los tiempos que los mismos están parados.
“En nuestro caso cargamos a 500 kW y tenemos un tiempo de siete minutos, por lo cual si la frecuencia de paso es de menos de cinco minutos estamos cubiertos por contar con dos enchufes”, explica en este punto.
Recientemente, la empresa estatal se encuentra en planes de expandir su flota de buses, apostando por una movilidad cero emisiones.
Por ello están en planes de adquirir 508 autobuses de energías limpias, de los cuales 233 serán eléctricos y 46 de hidrógeno.
Asimismo, la apuesta por un futuro más verde se traduce en el impulso y puesta en servicio de una hidrogenera abierta al uso público y la construcción de una cochera verde en Zona Franca, para 550 vehículos.
Gestión de las líneas
Otra de las cuestiones que entra en juego al hablar de las recargas de estos coches es como se distribuirán las unidades en cada recorrido.
Frente a esto Vallejo sostiene: “Siempre y cuando el coche cuente con carga en cochera no será cautivo de una línea en particular”.
Por el contrario, si se escogen las recargas de oportunidad no se podrán ir rotando estos autobuses eléctricos, de manera que esa unidad va a ser utilizada pura y exclusivamente para ese trayecto.
Otra de las estrategias que también aplica TMB Barcelona en su puesta en práctica de unidades eléctricas es usar un punto para diversas líneas.
Entonces, de este mismo enchufe pueden alimentarse dos o tres recorridos diferentes.