Diez años atrás, Bogotá se convertía en una de las ciudades pioneras en electromovilidad, tras dar inicio a un piloto que ofrecía cupos para 50 taxis eléctricos.
No obstante, hoy al menos 15 vehículos se encuentran varados, perdiendo sus dueños la posibilidad de dar servicio y recuperar la inversión inicial.
Sucede que, pese a sucesivos reclamos, los taxistas aún no recibirían una solución satisfactoria por parte de la empresa BYD, marca de las unidades, para dar asistencia técnica a los coches, cuyas fallas se reiteran y desesperan al gremio.
“La empresa ha dicho que no arreglan baterías, que si queremos mantener los carros debemos comprar una batería nueva, que vale más que un auto”, denuncia uno de los representantes de los taxistas afectados Vlamyr Vizcaya a Mobility Portal Latinoamérica, quien posee dos autos descompuestos.
Y se cuestiona: “¿Nos están trayendo unidades desechables? Porque también nos dicen que no reciben las baterías gratuitamente, pese al potencial de segunda y tercera vida que poseen”.
A su vez, según relata Vizcaya, los taxistas también deben pagarle a una compañía, la cual, aunque los vehículos no se encuentran en funcionamiento, cobran mensualmente la afiliación de estos coches para mantenerlos parqueados hasta que sean reparados.
“Ante el Ministerio, BYD dijo que verían cómo organizaban para que los carros no sean desechables. Nos ofrecieron el 30% de descuento en los repuestos, pero eso no es arreglo. Necesitamos que reparen las baterías y el V2G”, señala Vizcaya.
Los problemas en las baterías son uno de los más comunes entre los afectados.
Una de las quejas principales es que, en el folleto del modelo de los vehículos, la batería del E6 cuenta con una vida útil de 20 años o 6.000 ciclos. No obstante, esta promesa no se estaría cumpliendo.
“Realmente los E6 son vehículos excelentes, no dan problemas para nada, mientras el trato sea cuidadoso los vehículos solo requieren mantenimiento básico”, destaca Israel Jiménez Reyes, cuyo vehículo se encuentra inactivo hace nueve meses.
Sin embargo, advierte: “Los problemas realmente fueron el alto costo de repuestos y el mal servicio técnico brindado por la marca, además de que no tenemos otra opción de técnicos a los cuales llevarles nuestros vehículos para revisiones electrónicas y de programación rutinarias”.
Los problemas para los taxistas
En su caso, la avería principal se encuentra en el V2G y un módulo que permite la entrada de carga.
“La respuesta que hemos obtenido siempre es que no reparan piezas, solo reemplazan, y en mi caso el daño fue ocasionado en los talleres de la marca”, asegura Jiménez Reyes.
¿Cuánto será el precio que debe pagar el taxista? En un principio, la cotización fue por $28.000.000, pero, luego de varias reuniones solicitando un acuerdo, el precio disminuyó a $18.000.000 aproximadamente.
No obstante, según Jiménez Reyes, “no hay garantías para hacer la reparación”.
“En principio, solo son ellos los que en teoría están capacitados para realizarla y, además, si vuelve a dañarse en poco tiempo no ofrecen garantías”, señala.
Por su parte, al vehículo de Ángel, en febrero de 2022, tuvo una falla en la pantalla frontal, tras un problema de la fuga eléctrica detectada en el compartimiento de las baterías.
En consecuencia, el taxista pidió una cita con los talleres de BYD, donde lo atendieron una semana después. El vehículo, según relata, llegó funcionando normalmente y con una autonomía de 160 km en promedio.
«Luego, espere una repuesta de parte del taller y aunque pasaba el tiempo, no recibía una respuesta», narra Ángel, que añade: «Tras unos días, ellos me informaron que la falla era por daño en las baterías».
«Debía comprarlas a un costo de más o menos 90 millones de pesos», recuerda.
De esta manera, los taxistas continúan a la espera de la firma china para llegar a un acuerdo satisfactorio, mientras lamentan la pérdida económica que significa el tener varados estos vehículos.