Chile | Vehículos Eléctricos
miércoles 27 de julio de 2022
Tarifas: El modelo de Chile por el que los buses eléctricos alcanzaron economía de escala
La Comisión Nacional de Energía de Chile considera que esto se facilitó por la figura regulatoria de clientes libres, conjugada con la búsqueda de optimizar el uso de la infraestructura existente, la planificación de la transmisión, la coordinación interinstitucional y la introducción desde el inicio de conceptos como sistemas de carga inteligente y gestión de carga.
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Desde 2017, que entró en operación en el país el primer bus eléctrico del transporte público metropolitano, se observa que crece cada vez más el parque de vehículos eléctricos. Esto sucede sobre todo en los segmentos que pertenecen a economías de escala, tales como el transporte público y aquellos asociados a flotas.

¿Cómo puede funcionar este modelo si no existe una tarifa para las cargas y la alta demanda de potencia que requieren estas unidades?

Ante esta pregunta, el Dr. Jerson Reyes Sánchez, del Departamento Eléctrico de la Comisión Nacional de Energía (CNE), explica: “Comenzar con las economías de escala difiere de la tónica de que por tener un vehículo necesito una tarifa».

Y agrega: «Es diferente la estrategia y, para dar pasos habilitantes a la tecnología, la impulsamos desde la perspectiva de volúmenes suficientes de energía que podrían hacer de esos clientes finales un tipo de cliente libre”.

De esta manera, se pudo lograr introducir, bajo la legislación existente y preferentemente bajo las figuras de grandes clientes, la infraestructura de electroterminales.

Dado el volumen concentrado de demanda de energía y potencia permiten clasificar este tipo de requerimientos en esta categoría de clientes que pueden negociar su contrato y suministro de energía directamente con un suministrador.

No obstante, el profesional admite: “Desde un principio, tuvimos conversaciones entre las instituciones de la cartera de Energía, de Transportes y con las empresas si era necesario, para lograr sintonizarnos en los procesos que cada una de las organizaciones llevaba.

Luego, añade: «Los ritmos de expansión del parque automotriz y, en particular del transporte público son distintos, difieren a los ritmos de expansión de la infraestructura eléctrica tanto a los niveles de transmisión y distribución».

«Esa diferencia marca en algunos casos la viabilidad o la inviabilidad de este tipo de proyectos, en cuanto no se planifiquen sincronizadamente”, señala.

Más allá de las tarifas, la CNE también tiene la tarea de elaborar una previsión de demanda con horizonte de largo plazo y, en este ejercicio anual, entre otros aspectos se incorporaron proyecciones estimativas de las demandas que puedan generar el crecimiento del parque vehicular eléctrico en las redes.

A su vez, continuamente se monitorean posibles necesidades en la eventualidad de que existan obras requeridas de ser tratadas con mayor celeridad en su implementación.

Un ejemplo de éxito de lo mencionado está en los resultados de la primera licitación de transporte metropolitano, que buscó el reemplazo de un tercio de la actual flota y cuyo resultado incorporará alrededor de mil buses eléctricos distribuidos como consumos de la red (electroterminales), en diferentes puntos alrededor de la ciudad de Santiago.

Esta demanda, junto con otras, estuvieron previstas en la planificación desde hace tres años atrás con el fin de responder apropiadamente y en el tiempo esperado. El monitoreo continuo del proceso permitió incorporar eficiencias de hasta un 400% sobre las estimaciones originales.

De existir nuevas licitaciones, estas deberán ser incorporadas dentro de los próximos escenarios de demanda y evaluadas desde la perspectiva de planificación de la red eléctrica, avanzando así de manera progresiva hacia las metas de la Estrategia Nacional de Electromovilidad.

Leer más: ¿Cómo impactará la movilidad eléctrica en la demanda de energía hacia 2040?

Sobre esto, Jerson Reyes, argumenta: “Las incertidumbres respecto de la demanda final proyectada obligan a un monitoreo continuo y trabajo coordinado entre el sector de transporte y energía. Las licitaciones de transporte son competitivas entre las diferentes tecnologías de movilidad, sean diésel, gas, hidrógeno u otro».

«Mantenemos el desafío de monitorear de manera coordinada el proceso. Así tomamos las previsiones necesarias ante los posibles escenarios resultantes y que tanto la red y el sistema estén preparados para lo que viene», agrega el profesional.

Y concluye: «De esta manera, se garantiza que la expansión de la red eléctrica sea lo más eficiente posible”.

Por otra parte, destaca que el uso eficiente de la infraestructura ya instalada fue un tema relevante al introducirse conceptos novedosos en la misma industria, como los sistemas de carga inteligentes y la gestión de carga.

Este fenónmeno garantizó dos cuestiones: por una parte que, desde el principio, la incorporación adecuada de estas cargas a la red evitara un impacto negativo en la calidad de suministro.

Por otro lado que la gestión de carga facilitara a la autoridad de transporte una mejor información respecto de la gestión de la flota de transporte en circulación y disponible.

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