Con 6,6 puntos de recarga por kilómetro cuadrado, en una superficie de 100 km2, Barcelona se ubica como la ciudad española con la red pública más grande y también como una de las mayores del sur europeo.
La red Endolla cuenta unos 700 cargadores, un 75% ubicados en aparcamientos subterráneos y un 25% en la superficie en ubicaciones estratégicas.
Este despliegue parte de una estrategia bien diagramada en la que se basa principalmente en que las recargas deben realizarse de manera “lenta y planificada”.
Así lo afirma Redha Zetchi, Gerente de Nueva Movilidad de Barcelona de Serveis Municipals, en una entrevista destacada en el último evento virtual de Portal Movilidad España.
“El modelo de la gasolinera, en el que vamos a recargar en seis siete minutos y seguimos camino no va a poder trasladarse al de la electromovilidad a través de electrolineras ultra rápidas de 150 ó 200 kilovatios”, asegura el ejecutivo.
¿A qué se debe esto? La respuesta parece ser simple: las redes eléctricas de las ciudades no lo podrán tolerar.
Desde su punto de vista y la experiencia que lo ubican en su cargo lo llevan a la conclusión de que los picos de demanda que ocasionarán una gran cantidad de coches eléctricos recargando al mismo tiempo a una alta potencia generarán picos de tensión “inviables”.
Es por ello que la base de la estrategia de Endolla está en las bajas potencias y la planificación por parte de los usuarios. Esto no quita que puedan verse puntos más potentes, pero los mismos estarán destinados para un uso de ocasión y no uno habitual.
Otro eje en esta política de transformación, es ubicar los conectores en los aparcamientos, además de los hubs de movilidad, donde albergan distintos servicios.
Es por medio de este tipo de acciones que se intenta establecer una ciudad más “vivible” y con una infraestructura de carga de molestia.
Los retos son ambiciosos, pero se alcanzarán
Al ser consultado por su visión de la transición a la electromovilidad, Redha Zetchi no vacila un segundo al reconocer que las metas impuestas por la Unión Europea son “ambiciosas”, pero eso no quita el carácter positivo con el que el busca encarar este proceso.
“Yo soy súper positivo y creo que lo vamos a conseguir. No se si será en 2050, pero con todos los elementos que se están barajando se llegará, porque la tecnología y la innovación son la combinación que lleva al progreso”, asegura en este sentido el encargado de Endolla.
El único problema que considera que Europa debe resolver con “urgencia” es el de la dependencia con Asia.
Los diez primeros fabricantes actualmente de baterías son de China o Corea, lo que se posicionan como datos interesantes en este escenario. Mientras tanto, lo mismo sucede con los microchips y semiconductores.
Es por ello que Zetchi plantea que se “debe actuar a nivel europeo”. Y eso ya se está haciendo.
El continente ya está movilizando unos 40.000 millones para fabricar o para invertir en fábricas para construir y fabricar aquí insumos claves para la electromovilidad.
En cuanto a la extracción de litio, el vocero de Endo La cita el reciente descubrimiento de un yacimiento en Suecia.
“Lo que tenemos que hacer es trabajar para evitar esa esa dependencia”, sostiene con énfasis.