Bajo el nombre “Estrategia y acciones para el Desarrollo Productivo 2020-2023” el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Desarrollo Productivo, entidad a cargo de Matías Kulfas, dio más detalles sobre los próximos pasos, inversiones e incentivos en movilidad eléctrica y transporte a hidrógeno.
El Plan de Desarrollo Productivo Verde consta en una primera etapa de una inversión superior a los $10.000 millones, y se basa en cuatro ejes, con iniciativas concretas en cada uno de ellos.
Se avanzará con “un programa de movilidad sustentable que incorpore activamente a la Argentina en la transición ecológica, como fabricante y proveedor regional. Este desafío implica desarrollar una minería sustentable e inclusiva, ya que los vehículos eléctricos requieren 5 o 6 veces más cobre que un vehículo convencional, además de litio y otros minerales”.
“La estrategia nacional de promoción en el uso de movilidad sustentable radica en aprovechar la ventana de oportunidad tecnológica y social que se abre frente al mandato de cambio que los países signatarios del Acuerdo de París enfrentan como producto de los compromisos de reducción en la emisión de los gases de efecto invernadero globales”.
A nivel global, el transporte y la movilidad dan cuenta de alrededor del 16% de las emisiones de gases de efecto invernadero y por lo tanto son medulares en dicho proceso.
Se busca que dicha reducción ocurra por (a) mejoras significativas en la eficiencia energética y/o (b) por cambios disruptivos en las fuentes de energía utilizadas para potenciar el transporte.
Argentina adoptará una estrategia integral en ambos escenarios, apalancando el cambio en la disponibilidad de recursos de los que está dotado el país: recursos naturales y energéticos en cantidades masivas y de alta calidad y disponibilidad; recursos humanos y técnicos que durante varias décadas han generado capacidades, experiencia y prestigio a nivel internacional en la industria automovilística y de transporte; y capacidades tecnológicas potenciales y efectivas en casi todos los eslabones de la futura cadena de valor de la movilidad sustentable, tanto en tecnologías «duras» (capacidades científico-técnicas en I+D+i en desarrollos) como en «blandas» (antecedentes y tradición académica en las prácticas y el ordenamiento ambiental y social requerido para las nuevas explotaciones).
Dicha estrategia se desplegará en varios frentes:
- Un nuevo marco normativo y legal instituido a nivel nacional con acompañamiento de las jurisdicciones sub-nacionales (ley de promoción de uso de la movilidad sustentable y normativa nacional emergente).
- Ampliación y refuerzo de capacidades de I+D requeridas para el despliegue de nuevas tecnologías (creación de institucionalidad en I+D para movilidad sustentable).
- Convocatoria a inversores nacionales y extranjeros para la instalación de nuevas plantas productivas de movilidad sustentable que lideren la satisfacción de demanda nacional y regional de las próximas décadas (terminales y autopartistas de la movilidad sustentable).
- Un plan de acción nacional a nivel de infraestructura energética y de dispositivos de recarga para garantizar el adecuado despliegue de vehículos (infraestructura de recarga eléctrica y de hidrógeno)
- Desarrollo de esquemas de apoyo a la industria automotriz y de movilidad existente para crear adaptaciones y esquemas de captura tecnológicas que garanticen su sustentabilidad (reconversión de autopartistas).
- Construcción de capacidades en el nivel educativo y de oficios para crear y reforzar las habilidades de los futuros técnicos de la movilidad sustentable (nuevas currículas educativas).
- Programas de mediano y largo plazo para el tratamiento de los impactos ambientales que podrían emerger de la nueva movilidad sustentable (tratamiento de baterías usadas).
- Un plan de acción nacional a nivel de producción de las materias primas clave de la futura movilidad sustentable (cobre, litio, «tierras raras», hidrógeno).
El paradigma de la movilidad sustentable no solo incluye a vehículos de gran porte (como autos y buses) sino también más pequeños.
En este marco, en julio de 2021 se lanzó, junto con el sector privado, el Programa de Producción Nacional de Bicicletas Eléctricas con el objetivo de ampliar el acceso a medios de transporte individuales alternativos y sustituyendo importaciones en este rubro.
La propuesta presentada por las empresas del sector metalmecánico contempla una integración nacional creciente con el correr de los años, objetivo para el que se están analizando las medidas de estímulo más adecuadas.
Se firmó en este contexto un convenio con la industria local, nucleada en las cámaras ADIMRA, CADIEEL y CIMBRA, para impulsar la producción con creciente integración local de bicicletas eléctricas. Este acuerdo implica la implementación por parte del Ministerio de Desarrollo Productivo de herramientas de apoyo a la oferta, asistencia técnica y financiamiento a través del Programa de Desarrollo de Proveedores.
Asimismo, el Programa de Producción Nacional de Bicicletas Eléctricas incluye financiamiento a la demanda mediante una línea de crédito específica del Banco Nación. El objetivo en una primera fase es apuntalar la producción nacional en 15 empresas del sector, y que 20.000 usuarios/as puedan acceder a bicicletas eléctricas vía la mencionada línea de crédito. Para ello, se prevé una inversión inicial de $3.000 millones.
Transporte a hidrógeno
El Ministerio de Desarrollo Productivo no solo adoptará una estrategia integral focalizada en la producción de hidrógeno como combustible alternativo, sino que también promoverá investigación y desarrollo en los sectores aguas abajo de la cadena de valor, como pueden ser el diseño de plantas de poder energizadas con hidrógeno para transporte (en particular transporte pesado en varias modalidades: carga terrestre, náutico, ferroviario, aeronáutico, etc.) y para uso industrial.
Para el MDP está claro que el hidrógeno, de lograr superar sus desafíos tecnológicos, representa una de las alternativas más idóneas para exportar a geografías lejanas la enorme cantidad de energías limpias que se podrían obtener potencialmente en base al viento patagónico, los niveles de radiación solar del NOA y a recursos hidrológicos localizados en diversos puntos del país, posicionando a Argentina como un gran exportador energético en el futuro.
En efecto, de acuerdo a un estudio publicado en el marco del Consejo del Cambio Estructural, se estima que de cara a 2050 Argentina podría exportar 15.000 millones de dólares de hidrógeno (algo equivalente al complejo sojero en 2020) y generar 50.000 puestos de trabajo directos e indirectos.
Puntualmente se desarrollarán esquemas de apoyo a la industria automotriz para dinamizar la adaptación de celda de combustible hidrógeno como una de las fuentes del futuro, lo que además está acompañado por el proyecto ley de promoción de la movilidad sustentable (programa de desarrollo de I+D en vehículos energizados con celda combustible hidrógeno).
Estrategia para el desarrollo productivo – 2020-2023