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miércoles 01 de marzo de 2023
Nuevo estudio demuestra que sector de leasing cobra de más por alquiler de vehículos eléctricos
Según un nuevo estudio de Transport & Environment (T&E), las tarifas infladas y los objetivos de descarbonización poco ambiciosos de las compañías de renting perjudican la transición a los vehículos eléctricos de batería.
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El análisis sobre el mercado de los coches usados llevado a cabo por el grupo ecologista, pone de manifiesto que los precios de las diferentes opciones de renting son más caros de lo que deberían.

En España, por ejemplo, alquilar un vehículo eléctrico de batería es, de media, un 61% más caro que alquilar un modelo del mismo segmento y fabricante pero de gasolina (con el mismo nivel básico de equipamiento).

El alquiler de un Volkswagen ID.3 eléctrico le cuesta al consumidor unos 752 euros al mes, mientras que el del modelo Golf, su “hermano” de gasolina,  se puede alquilar por 488 euros.

El análisis revela también que el valor de reventa de un vehículo eléctrico de batería es idéntico al de los coches de gasolina y diésel.

Las compañías de renting suelen establecer sus tarifas teniendo en cuenta la pérdida de valor prevista de un vehículo en el transcurso de los tres o cuatro años que pueda durar el arrendamiento.

Así, que el precio por arrendar un vehículo eléctrico de batería sea más elevado se traduciría en una mayor pérdida de valor prevista para esta clase de automóviles.

Pero el estudio que T&E realizó sobre 2,7 millones de automóviles usados ha demostrado que los vehículos eléctricos de batería pierden valor en la misma medida que el resto de vehículos.

En España, por ejemplo, la depreciación que sufren los vehículos eléctricos se aproxima a la de los coches diésel y de gasolina.  No estaría justificado, por tanto, que el precio del renting de los coches eléctricos de batería sea más elevado.

El estudio sostiene que los coches eléctricos de batería conservan más su valor con el paso del tiempo, lo que refleja la confianza en los modelos más recientes y en las mejoras tecnológicas por parte de los consumidores.

La demanda en el consumo de coches eléctricos de batería, ya sean nuevos o usados, se encuentra en máximos históricos.

A esto se suman las políticas a nivel nacional y municipal que apuestan decididamente por los coches eléctricos, llegando a restringir incluso el acceso de los coches contaminantes al centro de las ciudades.

En palabras de Óscar Pulido, responsable de flotas eléctricas de T&E España: «Hoy en día, las empresas de renting están cobrando más de la cuenta a los clientes que optan por un coche eléctrico de batería. Esto se debe a que son demasiado conservadoras a la hora de fijar sus precios mensuales: sus tarifas tienen en cuenta una situación que había hace 5 años. Gracias a esta estrategia de precios, sus beneficios son claramente más altos, los consumidores acaban pagando de más y la transición hacia los VE se ve perjudicada».

Hasta el momento, el sector del renting ha estado frenando la transición a los vehículos eléctricos de batería. En España, la adquisición de los eléctricos de batería es mayor en los hogares que en el sector del renting.

En 2022, solo el 2,4% de las nuevas matriculaciones dentro de este sector fueron de vehículos eléctricos de batería. En el caso de clientes particulares, este porcentaje se elevó al 4%.

Para revertir esta tendencia, T&E recomienda a las compañías de renting que ofrezcan precios más bajos en los VE, haciéndolos así más atractivos para los consumidores. 

Los usuarios españoles ansían precios más asequibles en el mercado de los automóviles, sobre todo de vehículos eléctricos. Un claro ejemplo de ello es el caso del Dacia Spring, que, desde su lanzamiento en España, ha supuesto un gran éxito, liderando muchos de los rankings mensuales de los vehículos eléctricos de batería más vendidos.

Esta tendencia hacia vehículos más asequibles también se aprecia en los rankings de automóviles con motor de combustión interna más vendidos.

No obstante, aparte del ya mencionado modelo, no existen muchas alternativas eléctricas que puedan competir en este rango de precios. Es por ello que la adopción de modelos de renting más asequibles resulta clave para la transición.

Estas compañías son un cliente importante para los fabricantes de automóviles y deberían instarles a lanzar modelos eléctricos de batería con precios de partida más bajos, ya que también a ellos les interesa poder cubrir la demanda creciente de este tipo de vehículos.

Las conclusiones de Óscar Pulido son claras: «El sector del renting va a la zaga en el mercado de la electrificación, y una de las principales razones son sus tarifas demasiado pesimistas. Es crucial que estas compañías manden un claro mensaje a los fabricantes de automóviles sobre la necesidad de ampliar la oferta de mercado de coches eléctricos de batería económicos que puedan alquilarse a buen precio».

«En lo que concierne a la democratización del vehículo eléctrico, todas las partes implicadas deben contribuir para ofrecer automóviles que no contaminen y a su vez sean accesibles para una mayor parte de la población», agrega.

 

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