La nueva Ley Minera, aprobada el pasado mes de mayo, retrasará la transición energética en el país derivado de las limitaciones que existen para la entrega de nuevas concesiones a empresas privadas.
Fernando Alanís, expresidente de la Cámara Minera de México, aseguró que la transición hacia energías renovables y la electromovilidad demandará grandes volúmenes de litio, cobre, aluminio, silicio, grafito, níquel, manganeso, zinc y otros 28 más que son considerados como esenciales.
“Con la nueva Ley no existen las condiciones para aumentar la producción de estos minerales estratégicos. De no otorgar nuevas concesiones, en pocos años veremos una escasez de estos, porque la transición energética está trayendo una demanda anual hasta 30 por ciento mayor de estos materiales”, advirtió Alanís.
Tan sólo para fabricar un vehículo eléctrico, se necesitan 53,2 kilogramos (Kg) de cobre, es decir 138 por ciento más que la cantidad de cobre que necesita un vehículo de combustión. Además, demanda alrededor de 39.9 Kg de níquel, 66.3 Kg de grafito, 24.5 Kg de manganeso, 13.3 Kg de manganeso, 8.9 Kg de litio y otros minerales que hoy en día se extraen en México.
“La Ley Minera es regresiva, va en contra de las necesidades que tendremos como país de cara a la transición energética. Desde ahorita ya se están yendo las inversiones y seguramente continuará esta situación porque el Servicio Geológico Mexicano (SGM) va a ser el único que podrá realizar exploración”, aseguró el expresidente de Camimex.
Actualmente México está entre los 23 países que controla alguno de los minerales estratégicos para las energías renovables y la electromovilidad.
La plata, por ejemplo, es esencial para la fabricación de vehículos eléctricos y de paneles solares, y en este rubro, México concentra el 23.3 por ciento de la producción global, sin embargo, detalla Alanís, el país saldrá de la lista si continúa con la política actual que formaliza el no otorgamiento de concesiones para exploración.
El problema de esta nueva Ley Minera, detalla el experto, es que el país corre un alto riesgo de convertirse en un importador de minerales, mismos que ahora se producen en el país y que se exportan.
“Si bien esto no se dará en un plazo inmediato, sino en un mediano plazo, a medida que se vayan acabando los minerales de las concesiones actuales y que no se otorguen nuevos permisos para explorar, veremos cómo nos vamos a quedar atrás en la transición”, expresó Fernando Alanís.
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