Este lunes, el Gobierno de Perú oficializó la aprobación de la Ley de Fomento de Hidrógeno Verde (Ley N° 31992). La medida fomenta la generación, la producción y el uso del hidrógeno verde, principalmente como vector energético y combustible.

La nueva legislación tiene como objetivo primordial promover la investigación, producción y uso del hidrógeno con el fin de mejorar la calidad de vida de la población, mitigar el impacto ambiental y aprovechar la matriz energética nacional.

Entre sus usos, se destaca su potencial como combustible vehicular, esencial para la transición hacia una movilidad más limpia y eficiente.

Ahora bien, ¿cuál es su impacto en el transporte y qué repercusiones tuvo?

La Ley establece una serie de políticas y beneficios económicos para impulsar toda su cadena de valor, desde su producción hasta su uso final. 

Para eso, se planificarán polos productivos en todo el territorio nacional, con instalaciones de producción y transformación de hidrógeno verde. Se otorgarán incentivos económicos y tributarios para estimular la investigación, producción, transporte y comercialización de este recurso.

En su rol como combustible vehicular, se menciona una amplia gama de medios de transporte, desde vehículos agrícolas hasta transporte público y de carga. 

Además, contempla otras aplicaciones no energéticas que demanden combustibles fósiles. 

Vale resaltar que en el documento definen al hidrógeno como «vector energético producido con tecnologías de baja emisión de gases de efecto invernadero”.

Asimismo, plantean incentivar la producción del recurso a nivel industrial a partir de los excedentes de energía eléctrica renovable y para su aplicación como mezcla en la red de gas.

Estos últimos dos puntos plantean interrogantes sobre su implementación y efectividad. 

Uno de los principales puntos de debate es la inclusión del hidrógeno verde y azul en el mismo marco regulatorio.

Al respecto, desde la Asociación de Emprendedores para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico en Perú (AEDIVE Perú) precisan que “la eficiencia de conversión de hidrógeno para transporte aún no es competitiva como número frío ni en costo”.

“En un futuro, para aplicaciones de transporte que cubren distancias superiores a 1000 km, la opción de los vehículos a pila de combustible (FCEV) serán competitivos en precio y eficiencia”, agrega Adolfo Rojas, presidente de AEDIVE.

Además, cataloga de “confusa” la inclusión del hidrógeno azul debido a sus altos niveles de contaminación a partir del gas natural.

«La definición que se brinda no es precisa. Para ser hidrógeno verde debe provenir de fuentes 100% renovables», señala sobre la necesidad de mayor claridad y precisión en los términos.

¿Qué otros usos fomenta la Ley de Hidrógeno?

El Ministerio de Energía y Minas (Minem) jugará un papel fundamental en su impulso, especialmente en la industria, aprovechando las fuentes de energía renovable disponibles en el país.

Buscará satisfacer la demanda nacional y los mercados internacionales, ya sea como hidrógeno o subproductos tales como fertilizantes, líquidos orgánicos, metanol y otros.

Esta iniciativa se llevará a cabo en colaboración con el sector privado, las universidades y los gobiernos regionales y el Estado, priorizando la diversificación de la matriz energética nacional y los proyectos en términos de desarrollo de la industria nacional.

También brindará financiamiento internacional para el impulso de proyectos de desarrollo y producción..

En tanto, el Poder Ejecutivo, en un plazo no mayor de 180 días contados a partir de la entrada en vigor de la presente ley, deberá aprobar el reglamento y la normativa adicional que sea necesaria para su aplicación.

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