La disparada de los costes en la energía en España ha puesto en alerta al sector de la automoción eléctrica. Si bien la tarifa venía incrementando desde junio de 2021, la guerra en Ucrania disparó los precios.
Si la tarifa valía 60 euros en junio del año pasado, hoy vale alrededor de 130, lo que representa un 115% de inflación en el coste.
Esto trae a consecuencia lo que sale mantener un bus eléctrico en el tan solo hecho de cargarlo.
Jaime Rodríguez, director de la Confederación Española de Transporte en Autobús (CONFEBUS), afirma a Portal Movilidad España que “subieron todos los costos de mantenimiento de los autobuses eléctricos”.
Dado a la suba de los costes de la energía eléctrica que vienen acompañados por la del gas, CONFEBUS decidió solicitar una batería de medidas al Gobierno para paliar la actual crisis, pero se incluyen aspectos relacionados a la electrificación de flotas.
La explicación que brinda Rodríguez es que “de momento se quiere compensar la pérdida que se está ocasionando” entonces “la electrificación sería una medida a futuro”.
En el mismo sentido, el director de CONFEBUS explica que “hace falta que se tomen determinaciones para abaratar costes de inversión” a la hora de renovar las flotas con buses eléctricos.
El autobús cuesta tres veces más que lo que sale uno convencional y esto es solo en la inversión en el material.
Además, se deben adaptar las instalaciones, los talleres mecánicos y capacitar al personal que vaya a manejar esos buses y a los que los deberán mantener.
Con este contexto donde el coste de mantenimiento aumentó sumado a la falta de incentivos, marcada por CONFEBUS, el autobús eléctrico la tiene difícil para encajar.
El ejemplo del bus a gas
Según relata Rodríguez, la incorporación de este tipo de tecnología “resultaba más sencillo cuando” las administraciones comenzaron a solicitar el uso de energías alternativas menos contaminantes.
“Cuando el precio del gas subió y no se tomaron medidas compensatorias de parte de la administración te planteas a qué tecnología recurrir”.
En España el incremento del precio del gas se situó en un promedio de 360%.
Esto hizo dudar al sector del autobús, quedándose con diésel en vez de apostar por algo nuevo por temor a que sucediese algo similar.
Otras limitaciones que plantea el bus eléctrico
Desde el punto de vista del director de CONFEBUS “se necesitan medidas que fomenten el uso del bus” esto para “recuperar las inversiones” para la compra de flotas eléctricas.
Además, los contratos que se licitan actualmente tienen un plazo de diez años. Para Rodríguez esto debe “ser mayor”.
La justificación brindada es que al ser más caros los autobuses eléctricos se necesita mayor tiempo para amortizar la inversión.
También, a la hora de las licitaciones se deben poner en valor los planes de electrificación.
“Las administraciones cuando sacan a concurso este tipo de contrato, es necesario que incorporen criterios medioambientales a la hora de tomar la decisión de por qué oferta van”, explica el director de CONFEBUS.
Objetivos en buses eléctricos
Las metas marcadas por el Gobierno español para los autobuses está escalonada en dos.
En primer lugar, para 2025 se espera que el 45% de los contratos que se liciten de flotas de autobuses sean eléctricos.
Y para el 2030, un 65% de los contratos licitados deben ser autobuses eléctricos.