Aunque todavía es una tecnología relativamente reciente en Brasil, quien compra o pretende comprar un automóvil eléctrico debe pensar en el futuro de las baterías. Ya sea el momento de realizar reparaciones o de reciclar componentes al final de su vida útil.
Así, Jaguar Land Rover (JLR) anunció una inversión de US$ 1,2 millones en Energy Source, una startup brasileña que ofrece soluciones para la reparación, reutilización y reciclaje de baterías de litio.
A través de su brazo inversor, InMotion Ventures, la automotriz pretende reforzar sus tres pilares globales en el mercado brasileño: regeneración del planeta, compromiso por el bien y negocios responsables.
Así, este capital se utilizará para acelerar el crecimiento y ampliar las operaciones de Energy Source. Esto permitirá a la empresa seguir atendiendo a los clientes en su planta, ubicada en São João da Boa Vista, en el interior de São Paulo.
JLR será carbono neutral en 2039
La asociación se produce en el contexto de los planes de JLR para el futuro en todo el mundo. Su política de sostenibilidad pasa por lanzar nueve coches eléctricos de aquí a 2030 y convertirse en una empresa neutra en carbono de aquí a 2039, por ejemplo.
Para ello, el fabricante apuesta por la economía circular para reducir los impactos de sus operaciones. “Cuando pensamos en lo que sucederá con la batería cuando ya no sea adecuada para un coche eléctrico, buscamos startups que ayuden a resolver este problema. Así encontramos Energy Source, que reúne las tres etapas de la economía circular en un solo lugar”, afirmó João Oliveira, CEO de Jaguar Land Rover América Latina y el Caribe.
Cómo funciona la fuente de energía
Fundada en 2016, Energy Source inició sus operaciones reciclando baterías de equipos de micromovilidad (como bicicletas, por ejemplo) y dispositivos electrónicos. De esta forma consigue devolver muchos materiales a la cadena productiva para la industria. Entre los metales críticos recuperados se encuentran 25 toneladas de litio, 150 toneladas de cobalto, 20 toneladas de níquel, 250 toneladas de grafito, 60 toneladas de cobre y 35 toneladas de aluminio.
El proceso industrial, patentado por ellos y mantenido bajo llave, utiliza la hidrometalurgia para separar los metales contenidos en las baterías. Toda la operación es autosostenible, ya que utiliza agua de lluvia, que luego es tratada y reutilizada. La electricidad también proviene de paneles solares instalados en la fábrica.
Reparar, reutilizar, reciclar
En el caso de las baterías de automoción, la startup trabaja no sólo con el reciclaje, sino también en áreas como la reparación y reutilización de componentes. Es decir, en caso de avería o accidente automovilístico de un coche eléctrico, la empresa lleva la batería a su sede y realiza diagnósticos sobre su vida útil.
Si es posible, la batería se repara en caso de un problema técnico, como defectos del módulo o falla de un componente electrónico. Recordando que puede corresponder hasta el 70% del valor de un coche eléctrico. Si la batería ya no es útil para el vehículo, puede suministrarla a otras fuentes como estaciones de carga para sus propios coches eléctricos o como una especie de generador doméstico, por ejemplo.
Cuando llega al final de su vida útil, la batería entra en el ciclo de reciclaje, lo que permite a los fabricantes recuperar materiales de alto valor de las celdas gastadas. Así, aumentan la circularidad y reducen la necesidad de nuevas actividades mineras.
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