El corredor Interoceánico del Istmo Tehuantepec es una obra del gobierno central mexicano que busca unir los dos océanos para la producción y el comercio regional.

Esta obra incluye despliegue ferroviario, portuario e industrial.

Dentro de este último, la electromovilidad se posiciona como una de las industrias que el gobierno busca incentivar a instalarse en los diez polos industriales que comprenderá el corredor.

Del total, cinco ya entraron en licitación y los restantes lo harán próximamente.

El vicealmirante Raymundo Morales anuncia licitaciones para el Itsmo Tehuentepec.

Así lo anunció el vicealmirante Raymundo Morales, director del proyecto, en conferencia de prensa:

“En los próximos días anunciaremos la licitación de los siguientes polos de desarrollo: Matias Romero, Ixtaltepec, Mixtequilla, Ciudad de Ixtepec y San Blas Atempa”.

A su vez, la construcción del ferrocarril para la conexión de los puertos ya se encuentra finalizada a los fines de transportar carga.

Estas vías conectan los puertos involucrados en el corredor y son más de 1.200 km de vía férrea.

Los cuatro puertos son los siguientes: Salina Cruz, Chiapas, Coatzacoalcos y Dos Bocas.

Las vías de pasajeros serán finalizadas, según las autoridades nacionales, a fines de diciembre y contarán con nueve estaciones.

Estas arterias tendrán una conexión con el Tren Maya en Palenque.

Respecto a la licitación de los puertos, se concursan las terminales de usos múltiples y otra especializada en contenedores que dará capacidad de 1.400.000 contenedores de 20 pies al año.

Electromovilidad y nearshoring: la combinación del corredor Istmo Tehuantepec

Al unir el océano pacífico con el atlántico, el Istmo ofrece una alternativa a las rutas mundiales de negocios y acerca la producción regional a nuevos mercados.

Se trata de encaminar los rumbos comerciales de Asia a través de esta “nueva puerta de acceso”, que conectará a su vez con la costa este de Estados Unidos.

En este sentido, las empresas productoras de vehículos eléctricos y autopartes podrían asentarse y proveer a la producción ingresando por el este.

Cabe destacar que en el proceso de relocalización de industrias, México ha absorbido el 40% de las inversiones en toda la región.

La electromovilidad juega un rol central en la política de relocalización, ya que las medidas del gobierno estadounidense apuntan a transicionar rápidamente su parque vehicular con autos eléctricos, entre otros segmentos.

En ello, México conserva acuerdos regionales tanto con la frontera norte como con Canadá. Los tres conforman el T-Mec.

En ese marco, el país exporta el 90% de lo producido a Estados Unidos, mientras que también importa vehículos en un 64% de las ventas nacionales.

A su vez, la industria automotriz mexicana cobra valor en la medida en que el país se posiciona dentro de los cinco mayores productores de vehículos del mundo.

Es por eso que Morales, director del proyecto, indica que el Istmo es un “proyecto prioritario del gobierno de México”.

Por este motivo se lleva a cabo esta obra de infraestructura que incluye no solamente condiciones energéticas al parque, sino también incentivos fiscales.

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En relación a estos incentivos, se espera que sean similares en el Plan Sonora, otro de los polos de producción de electromovilidad que impulsa el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Allí se busca centralizar inversiones extranjeras referidas a la producción de baterías, extracción de litio y también electromovilidad.

Inclusive el Gobierno del Estado de Sonora y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se reunieron con firmas europeas para compartir las condiciones de inversión en el Plan Sonora.

Para desarrollar las industrias del Estado, las autoridades apuntan a receptar inversiones de países europeos a través de nuevos incentivos.

Los beneficios y condiciones para la inversión, según la administración actual, son los siguientes:

• Globales fuera de México: el IRA de USA aporta incentivos en 500 billones de dólares para la instalación de industrias verdes en Norteamérica.
• La disponibilidad de un ecosistema: la cadena de valor en cercanía permitiría “reducir riesgos” a las empresas.
• Beneficios fiscales: El Estado busca exonerar a las firmas durante diez años del impuesto sobre nómina.