La Cámara de Importadores y Distribuidores Oficiales de Automotores (CIDOA) afirma que, con el objetivo de impulsar las ventas de vehículos eléctricos en Argentina, es necesaria una reducción de aranceles a la importación.
Hasta el momento, se ha establecido un impuesto del 3% para los vehículos eléctricos y del 5% para los híbridos.
Sin embargo, en el marco del segundo Foro legislativo de Movilidad Sostenible y Agenda 2030, Ernesto Cavicchioli, secretario de CIDOA, asegura: «Esto no refleja adecuadamente la realidad del costo de fabricación de los vehículos eléctricos, que es mayor que el de los híbridos».
Esta disparidad en los aranceles beneficia a los vehículos híbridos, cuando, según el costo tecnológico y el impacto ambiental, debería existir una escala progresiva que se extienda desde el 35%, que es el arancel externo común, hasta el 0% que deberían pagar las unidades eléctricas.
Por lo tanto, la propuesta de CIDOA se basa en establecer una escala arancelaria que refleje de manera justa el costo de fabricación y el impacto ambiental de los vehículos.
Otro aspecto crucial abordado por la organización es el impuesto interno.
Actualmente, existen dos escalas impositivas: la primera es del 25% y la segunda, del 53,8%, lo cual resulta en un impuesto considerablemente alto.
Este contraste otorga un beneficio fiscal a los vehículos verdes, pero al mismo tiempo impone un arancel excesivo: el «impuesto al lujo».
En este sentido, la propuesta de CIDOA es revisar y ajustar las escalas impositivas internas para promover una política fiscal más coherente y equitativa con el objetivo firme de incentivar la adopción de vehículos eléctricos en Argentina.
Además, CIDOA fomenta la igualdad de condiciones en cuanto a la importación por el Certificado de Verificación Única (CVU).
Todos los productores deberían estar en igualdad de condiciones al importar, sin discriminación basada en el tipo de fabricante.
Por otro lado, con respecto a la fabricación nacional, Cavicchioli explica: «Algo muy distinto son los incentivos para la producción local, no tenemos nada contra eso».
Y agrega: «’Me parece que hay que fomentarlo, pero cuando hablamos de importar CVU no debería haber discriminación con el objetivo de que el mercado sea mucho más competitivo».
Cabe destacar que en Argentina, la modificación arancelaria es necesaria para promover la electromovilidad, ya que la región está rezagada en comparación con otros países.
La penetración de los autos híbridos y eléctricos sigue siendo muy baja, lo que evidencia la falta de incentivos y políticas adecuadas en el país, según comenta Cavicchioli.
Por su parte, el Gobierno argentino tiene compromisos internacionales en materia de emisiones y seguridad, especialmente en cuanto a reducir las emisiones de gases contaminantes.
Sin embargo, para cumplir con esas ‘’promesas’’ deberían circular un 35% de autos verdes en el 2030.
Para eso, en el año 2024 tendría que haber un 4% para seguir esa curva de crecimiento. No obstante, en el 2023 deberían haber sido 11.500 autos, un número que no se consiguió.
El rol de CIDOA
La compañía podría desempeñar un papel fundamental en la aceleración del aumento de vehículos eléctricos en Argentina, debido a su enfoque en modernizar el parque automotor y evitar la cartelización en el mercado.
Al importar vehículos con las últimas tecnologías, CIDOA se encuentra a la vanguardia, promoviendo la competencia y ofreciendo precios más bajos para los consumidores.
Al poner el foco en el consumidor, la organización reconoce que este es el eslabón más débil de la cadena y busca proporcionar opciones accesibles y de calidad.
En síntesis, CIDOA confirma la necesidad de adaptarse a la realidad eléctrica y promover su desarrollo. Para lograrlo, se requiere un cambio en las leyes de juego.
Entonces la propuesta final, se basa en que el conjunto de impuestos y regulaciones deberá ser flexibilizado para darle a todos los actores del mercado la misma oportunidad.