Rodrigo Labra, responsable del desarrollo de Electromovilidad en Automotora Gildemeister, comparte en diálogo con Portal Movilidad las novedades del grupo, específicamente las vinculadas a Hyundai.
Es que, en mayo de este año, se lanzó en Chile el Hyundai Ioniq 5, un modelo premium dentro del line up actual de la firma.
Desde ese entonces ya se comercializaron diez unidades. “Las ventas están de acuerdo a las expectativas que teníamos para el modelo”, asegura Rodrigo Labra.
Y sobre este número admite: “Para un modelo de este segmento y para las dificultades con las que se enfrenta la electromovilidad en el país nos tiene contentos”.
“Nunca pensamos que iba a ser algo de volumen ni mucho menos, pero la verdad es que ha generado bastante interés de parte de los clientes”, reconoce.
Son muchas las pruebas de manejo que se realizan para el Ioniq 5 del que se cree que se seguirá incrementando el volumen de venta.
“Es un modelo relevante para nosotros en términos de la oferta que estamos haciendo en electromovilidad”, explica el ejecutivo de Gildemeister.
De este modelo, la firma cuenta con stock permanente, unidades en sucursales y test drives.
El Ioniq 5 se vende con la opción de un descuento en el precio de lista para una instalación estándar de un cargador domiciliario en alianza con Copec Voltex.
El grupo automotor también tiene un convenio con Evsy para la instalación de cargadores de uso compartido en edificios.
Ampliación de portafolio
“Como Hyundai vamos a seguir sumando nuevos modelos para ampliar la oferta y en gran parte de modelos eléctricos”, anuncia Rodrigo Labra.
Y reconoce: “A futuro tenemos la ambición de lanzar la serie N del Ioniq que está enfocada en alto desempeño”.
Cabe recordar, que Chile fue uno de los países de la región que contó con la primera versión del Ioniq comercializada en 2017 que tuvo un importante rol en una de las primeras flotas de pasajeros electrificadas. Algunas unidades aún quedan en uso.
“Es un modelo que fue exitoso, ha tenido un rendimiento a lo largo del tiempo muy bueno”, comenta Labra al tiempo que admite que la batería tuvo excelente respuesta al “uso y abuso” que se le da en el transporte de pasajeros y que la vida útil se mantiene mejor que las expectativas iniciales.
La firma estima vender este año entre 70 y 80 unidades entre los distintos modelos eléctricos de Hyundai. Ya lleva comercializados 50 autos de esta marca en lo que va del año.
Por otra parte, Gildemeister tiene, por ejemplo, en su parrilla de Hyundai electrificados unidades 100% eléctricas e híbridas no enchufables.
Sobre la intención de apuntar en el segmento intermedio de estas tecnologías, Labra reconoce: “Estamos tratando de conseguir híbridos enchufables”.
“No lo tenemos descartado y queremos sumar en esa línea sobre todo por los cambios normativos que vamos a ver el próximo año en Chile”, agrega.
Ocurre que la lógica de la fábrica es priorizar los mercados donde existe más interés por las tecnologías y los modelos híbridos hoy son parte grande del mercado europeo.
“Como Gildemeister además tenemos oferta en otras marcas, como el sedán de BAIC que introdujimos en “Mi Taxi Eléctrico” y creemos que va a tener éxito”, sostiene.
Asimismo, sobre el esfuerzo y la decisión de ampliar el portafolio, explica: “No siempre conversa la normativa local con la propuesta de fábrica, a veces hay que hacer algunos ajustes y ahí los tiempos tienden a alargarse”.
Normativa
Sobre las novedades en materia normativa que Chile tuvo en el último tiempo, Rodrigo Labra comenta:
“Vemos con buenos ojos la apertura hacia todas las normas porque antes no estaba el estándar chino y uno de nuestros productos, el BAIC EU 5, es con este estándar”.
Como ya reconocieron otros actores del mercado, esta apertura da la posibilidad de explorar y ampliar la oferta disponible en el país.
“La interoperabilidad es algo absolutamente necesario porque una de las dificultades que enfrenta un cliente es la incertidumbre de la carga”, reconoce Labra sobre otra de las novedades normativas.
A modo de cierre, Rodrigo Labra opina: “Personalmente, me parece que la electromovilidad es una tecnología que no está resuelta a nivel mundial y la normativa tiene que ser lo suficientemente flexible para dar cabida a que las empresas experimentemos, tal vez no con el público final pero sí con una flota o en circuitos cerrados como minas o forestales”.
El planteo incluye restricciones de seguridad necesarias pero que no se produzca una limitación por desconocimiento sino al revés: probar cómo puede funcionar lo desconocido.