El crecimiento del mercado de vehículos eléctricos en Latinoamérica es indispensable para alcanzar las metas de descarbonización del Acuerdo de París. Sin embargo, para minimizar los posibles impactos sociales y ambientales se debe contar con un plan para el manejo integral de los residuos generados.
Es por ello que Costa Rica presentó una hoja de ruta para la gestión eficiente y ambiental de las baterías de vehículos eléctricos, cuyo objetivo es elaborar una propuesta de plan de reducción y control de pérdidas eléctricas técnicas y no técnicas que incluya acciones estratégicas y un método de implementación.
Este proyecto se elabora para el Ministerio de Salud y el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) con el financiamiento de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y la gestión de la Asociación Costa Rica por Siempre.
Vale mencionar que el documento es el resultado de un largo proceso que comenzó en enero y finalizó en julio del 2022.
¿Qué plantea el proyecto?
La hoja de ruta indica que existen tres opciones para la gestión de residuos de baterías de vehículos eléctricos, que no son excluyentes sino complementarias.
Se establece que ante todo se debe favorecer la valorización por medio de la reutilización (segunda vida). Pero cuando esta opción no sea posible se puede optar por el reciclaje directo, que consiste en separar los componentes hasta llegar a la masa negra. También pueden exportarse a países que gestionen los residuos de forma integral.
Sin embargo, la implementación de estas medidas requiere superar barreras para lo cual se debe trabajar en aspectos legales, técnicos, tecnológicos, logísticos y de capacitación.
¿Cuáles son las metas?
El informe plantea distintas metas a corto plazo (2030), mediano plazo (2040) y largo plazo (2050). Además, identifica aquellas actividades que facilitarían alcanzarlas, los responsables a cargo de llevarlas adelante, los costos de las mismas y las barreras.
Metas a corto plazo
Meta 1: Establece la importancia de que se logre gestionar el 60 % de los residuos de las baterías de litio ya sea por medio de reciclaje, reutilización o exportación.
Meta 2: Hace referencia a realizar acciones para que la reutilización de baterías de vehículos eléctricos sea considerada como una opción atractiva a realizar y así aprovechar al máximo la energía y los materiales usados en la fabricación de las mismas, antes de realizar el proceso de reciclado.
Meta 3: Propone que para el 2030 se deba haber alcanzado la capacidad instalada para realizar el proceso de reciclado de las baterías en Costa Rica hasta la masa negra.
Meta 4: Propone una actualización del marco regulatorio nacional relacionado al ciclo de vida de las baterías. Así se plantea la necesidad de garantizar la calidad de las mismas que son importadas como usadas, nuevas y las utilizadas cuando se hacen conversiones de vehículos de combustión interna a eléctricos.
Meta 5: Define la importancia de desarrollar un reglamento específico para baterías de vehículos eléctricos como un residuo de manejo especial, y así incluir las características en base a los elementos químicos que las componen.
Metas a mediano plazo
Meta 1: Establece un porcentaje de recuperación de al menos un 75% de las baterías de litio disponibles para reciclaje hasta la materia negra.
Meta 2: Si bien la meta 2 a corto plazo habla del posicionamiento de la valorización por reutilización de las baterías de litio, para el mediano plazo se propone que esta opción se consolide por medio de una serie de acciones afirmativas que las fomenten.
Entre ellas, se propone el establecimiento de financiamiento preferencial, incentivos financieros y la generación de capacidades técnicas para su aprovechamiento.
Meta 3: Se refiere a la importancia de establecer proyectos de investigación sobre reciclaje especializado.
Meta 4: Define el establecimiento de una trazabilidad más consolidada incluyendo detalles relacionados al proceso de manufactura.
Meta 5: Acerca de la trazabilidad sobre la forma en que se fabricaron las baterías importadas.
Metas a largo plazo
Meta 1: Se logra una tasa de reciclaje en el país de 100 % para baterías de litio.
Meta 2: Se establece la reutilización de las baterías como prioritario.
Meta 3: Se establecen proyectos piloto de reciclaje especializado hasta recuperar sus metales mediante metodologías como la hidrometalurgia.
Meta 4: Se establecen restricciones de acceso al país a las baterías de vehículos eléctricos dependiendo de sus prácticas de manufactura.
Vale mencionar que los responsables de llevar adelante las metas son: los ministerios de Hacienda, Salud, Ambiente y Energía (MINAE), Obras Públicas y Transporte (MOPT); el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA); el Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (INTECO); la Asociación de Importadores de Vehículos y Maquinaria (AIVEMA).
También el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC); Gestores de residuos como Fortech; la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ); la Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (ASOMOVE); Asesoría y Gestión Empresarial (AGESA); la Banca para el Desarrollo; Universidades; y otros entes internacionales, gubernamentales, financieros e importadores.
Actualmente la mayoría de los países latinoamericanos se encuentran en etapas muy incipientes del desarrollo de mecanismos específicos para la gestión de residuos de baterías de vehículos eléctricos y Costa Rica no es la excepción.
Sin embargo, si esta hoja de ruta se implementa, Costa Rica se convertiría en un referente de la región sobre este tema.