Si bien el parque vehicular está dando grandes pasos hacia la electrificación en República Dominicana, aseguran que el país aún tiene varias cuentas pendientes con los transportes livianos como las bicicletas o los scooters eléctricos.
“Cada vez crece más el interés de los ciudadanos en este tipo de vehículos, pero las personas no terminan por elegirlos ya que las calles no son aptas y no contamos con una amplia red de ciclovías”, señala Giuliano Simó, director de la empresa especialista en micromovilidad Eve.
Y agrega: “Las personas que los utilizan, lo hacen porque quieren ahorrar tiempo y dinero y ayudar al medio ambiente. Y si bien el Gobierno ha comenzado a hacer algo al respecto, de forma muy lenta, aún no hay un gran apoyo para poder andar de forma segura en ese tipo de vehículos, por lo menos, en la ciudad”.
Como menciona Simó, se trata de una problemática que, pese a avanzar lentamente, se encuentra en la agenda de las autoridades. De hecho, a principios de mes, el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) anunció un trabajo en conjunto con la Unión Europea y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) en este tema.
A partir del mismo, se espera que para el segundo semestre del año 2021 se tenga un crecimiento significativo de ciclovías seguras y un avance en la estructuración de un sistema de bicicletas públicas compartidas que serán definitivas para consolidar a la bicicleta como una nueva alternativa segura de movilidad.
Al mismo tiempo, como meta a largo plazo para el 2030, se propuso mejorar la conexión interna a los municipios, desarrollar servicios de bicicletas, intervenciones a favor del peatón, establecimiento de una tarifa integrada, modernizar el parque vehicular privado, renovar la flota de buses, transformación del sistema informal de conchos a un sistema empresarial y realizar el proceso de chatarrización.
A su vez, Simó advierte la necesidad también de incorporar exoneraciones fiscales para facilitar la importación de este tipo de transporte.
“Creo que se deberían poner más incentivos. Hay incentivos para la importación de vehículos eléctricos pesados, pero no para bicicletas y patinetas eléctricas”, comenta.
Esto mismo también está siendo trabajado en el Congreso dominicano desde hace tiempo, donde se busca modificar las leyes 103-13 y 57-07, aunque sin demasiados avances dado que los debates giran en torno a la pandemia de coronavirus.
En este caso, es muy común que se vean fuertemente afectadas las importaciones de motocicletas eléctricas, las cuales pesan un kilo en adelante. Sin embargo, la ley establece facilidades a partir de los diez kilos.
Hoy, hay compañías que compraron estos vehículos para usarlos en mensajería y delivery, pero no pueden ajustarse a la ley cuando llegan a la aduana porque solo se tienen en cuenta a las motocicletas de mayor peso.