La investigación “Transporte Eléctrico de Carga: Análisis de los desafíos para su introducción en Uruguay” reveló que hoy el costo total de propiedad (CTO) de algunos segmentos de camiones eléctricos son menos costosos que aquellos a combustión.
Para realizar el análisis, el estudio tomó en consideración una serie de variables: el precio de compra de la unidad, el descuento, el costo de infraestructura, el mantenimiento, los costos de combustible y electricidad, el seguro y la patente, y el valor residual.
A su vez, se segmentó a las unidades por su peso y recorrido: livianos, aquellos que realizan 100 kilómetros; medianos, de 200 kilómetros; y pesados de 500 kilómetros.
En el caso de los camiones livianos, la preponderancia de los eléctricos es casi total para 2022, donde la diferencia de costos con los de combustible es amplia (a favor de los cero emisiones). Es por esto que para 2025 y 2030 esta tecnología es capaz de tomar las riendas del segmento.
Por su parte, los camiones medianos eléctricos no tienen tanto protagonismo en la actualidad como sucede con los livianos. Hoy, estas unidades cero emisiones compiten en costos con los de combustible. Sin embargo, se espera que para 2025 y 2030 tomen por fin la delantera.
Finalmente, en lo que respecta a los camiones pesados, el CTO se inclina a favor de los vehículos a combustión interna en un 93%. No obstante, para 2025 la balanza comienza a equilibrarse y la diferencia entre ambas tecnologías se acorta.
Tal es así que para 2030, la preponderancia de las unidades eléctricas es una realidad, abriendo una puerta de manera incipiente a los.camiones impulsados por hidrógeno verde.
Según el informe, Uruguay se encuentra en un contexto favorable para la introducción de camiones eléctricos en el país, pero todavía es necesaria una gran difusión del conocimiento acerca de esta temática para lograr una mejor penetración.
En ese sentido, las barreras más preocupantes para adoptar nuevas tecnologías son las altas inversiones iniciales, la autonomía limitada del vehículo, los bajos incentivos nacionales, la infraestructura de carga deficiente y los pocos modelos y garantías de fabricantes.
Es por esto que asegura que deben existir incentivos nacionales para lograr un equilibrio. Al mismo tiempo, se debe proporcionar una infraestructura de carga sólida y confiable para acompañar y mejorar los incentivos económicos.
Desde la cara positiva de la moneda, se demuestra igualmente que hay un mayor consenso a nivel nacional acerca de los beneficios y las oportunidades que tiene Uruguay para la inserción del transporte de carga eléctrico.