Héctor “Tito” Pérez, técnico especializado en autos de competición y deportivos desde 1980, buscará electrificar sus proyectos ante la escasez de motores a combustión interna en el mercado.
Tras su experiencia en el sector, Pérez creó Rauda, su propia firma de producción de vehículos de este tipo.
Vale mencionar que, actualmente, se encuentra trabajando en el Discolo, su segundo modelo de automóvil deportivo.
Si bien el primer prototipo fue diseñado para ser propulsado en base a combustibles fósiles, ahora se está evaluando la posibilidad de hacerlo funcionar con motor eléctrico.
“La opción de hacerlo híbrido es una solución técnica muy simple y factible para desarrollar el vehículo en formato 4×4. Hay una tendencia a nivel mundial de utilizar ese tipo de tecnologías y uno no puede estar ajeno al tema”, comenta Pérez en diálogo con Portal Movilidad.
Y aclara: “Sobre todo hoy que está muy complejo comprar motores a combustión interna nuevos. No hay una oferta grande de éstos porque las fábricas los producen específicamente para sus autos 0Km y no para repuestos”.
En cambio, según explica el técnico, es mucho más sencillo conseguir motores eléctricos que puedan adquirirse de forma separada de los vehículos.
En efecto, al día de hoy Pérez se encuentra averiguando distintas opciones para comprarlos junto con los packs de baterías y otros componentes del sistema electrónico.
“Estoy investigando para hacerlo porque este es un proyecto personal. No hay una empresa grande detrás, que esté montada para hacer estas cosas”, reconoce Pérez.
Por otro lado, cabe destacar que ya hay una unidad construida a partir de la cual se están evaluando mejoras para que, posteriormente, el Discolo pueda ser fabricado en serie.
Sin embargo, al igual que sucede con la mayoría de las iniciativas de este tipo, para llevarlo adelante será indispensable contar con ayuda financiera.
Si bien la decisión de producir el vehículo de forma híbrida está confirmada, aún deben resolverse cuestiones externas que afectan al desarrollo del plan, siendo la falta de financiamiento el principal problema.
“El contexto actual del país está complicado. Las importaciones están frenadas y no veremos un horizonte hasta después de las elecciones. Necesitamos que estos aspectos se aclaren para presentar un proyecto firme y ver si hay personas interesadas en solventar los gastos para, de esta forma, lograr avanzar”, explica Pérez.
Y añade: “Aunque es un panorama complejo para concretar este tipo de iniciativas, la realidad es que no necesito más que alguien muestre interés y encargue el prototipo”.
Otra de las dificultades a las que se enfrentó Pérez en la realización de sus proyectos -pero que, afortunadamente, se resolvió- tiene que ver con la aprobación de la Ley de Autos Artesanales (sancionada en 2014 y reglamentada en 2018).
Lo cierto es que cuando comenzó a plantear estas iniciativas, aún no existía normativa que habilitara la construcción y el patentamiento de estos rodados, provocando que los vehículos fueran difíciles de comercializar en ese momento.
“Esta ley se dilató mucho en el tiempo y fue bastante engorrosa de llevar adelante. Diseñé este auto al mismo tiempo que se desarrollaba la norma. Incluso, este vehículo fue creado para poner a prueba la ley y determinar si se podían patentar este tipo de rodados”, sostiene Pérez.
“Cuando logramos inscribirlo, comenzamos a pensar en una pre-serie para la cual contamos con muchos elementos. Pero la realidad es que no aparecieron muchos interesados en adquirirlos como para fabricarlos a escala. Esto es indispensable para financiar el proyecto”, añade.
Vale mencionar que una de las características más interesantes del Discolo es que puede circular por las calles sin ningún tipo de restricción.
Simplemente, al comprarlo, el dueño debe patentarlo y asegurarlo como cualquier otro vehículo.
“Tiene toda la documentación necesaria. Esta es una de las mayores ventajas que posee a diferencia de las unidades que son utilizadas normalmente en la playa, que no cumplen con la norma de tránsito”, reconoce.
Por último, cabe resaltar que Discolo en italiano significa travieso.
La razón por la cual su creador eligió ese nombre se debe a que es un auto exclusivamente con fines recreativos.
“Es una especie de moto de cuatro ruedas que sirve para que el usuario puedas salir a pasear y disfrutar de un día soleado. No es un utilitario, sino que es un vehículo divertido para manejar”, comenta.