La reutilización de las baterías de vehículos eléctricos representa una oportunidad de negocios crucial para diversos actores de la industria. 

Al reconocer el valor potencial de estas baterías en otros contextos, se abre la puerta a nuevas fuentes de ingresos, asegurando al mismo tiempo un suministro sostenible de materias primas y promoviendo la adopción continua de vehículos eléctricos.

Surge entonces la pregunta: ¿Cuáles podrían ser los posibles usos de una batería reutilizada de un vehículo eléctrico?

Nhiura Coaquira R., experta en vehículos eléctricos, ha realizado una investigación titulada «El camino hacia la adopción de vehículos eléctricos sostenibles y asequibles». 

En este estudio, identificó tres opciones principales para el aprovechamiento de las baterías de vehículos eléctricos usadas y destacó la necesidad de crear un ecosistema específico para abordar esta problemática.

En primer lugar, se delimita la opción de reutilizar las baterías de vehículos eléctricos en modelos más pequeños con menor demanda de energía debido a que tienen una autonomía más corta y un peso total más bajo. 

La reutilización directa requiere pocas modificaciones y es un primer paso sencillo para darle una segunda vida a las baterías. 

‘’Por ejemplo, la nueva empresa germano-india Nunam está reutilizando baterías Audi e-tron para alimentar auto-rickshaws de 3W en India’’, confirma Nhiura Coaquira. 

Otra opción de reutilización de las baterías es el almacenamiento in situ o soluciones de microrred. 

En este enfoque, las baterías se pueden agregar para crear almacenamiento en un determinado sitio, ya sea a escala de servicios públicos o para alimentar edificios con energía renovable intermitente, como la solar. 

Estas soluciones pueden ofrecer resiliencia a la comunidad, mejorar el acceso a la energía y ayudar a las empresas eléctricas a reducir los costos de la electricidad.

Por último, las baterías de los vehículos eléctricos pueden contribuir a agilizar y abaratar la carga de los mismos. 

Estas baterías pueden suministrar un impulso adicional de potencia a los cargadores de bajo voltaje, permitiendo así una carga más rápida. 

Asimismo, durante períodos de alta demanda, las baterías pueden proveer energía a los cargadores, lo que ayuda a mantener bajos los costos de carga para el consumidor.

Un ejemplo de esta solución se menciona en el estudio de Nhiuira: Electrify America, que se ha asociado con Volkswagen para reutilizar las baterías de sus vehículos usados en estaciones de carga.

A pesar de que se percibe como una gran oportunidad de negocios en el mercado de los vehículos eléctricos, es importante tener en cuenta que América Latina no posee políticas o leyes claras que regulen la composición, los estándares o el reciclaje de las baterías.

La mayoría de los fabricantes de automóviles eléctricos emplean sistemas de monitoreo de batería (BMS) patentados, a los cuales terceros no pueden acceder para determinar el estado y la información técnica de una batería. 

Como resultado, deben confiar en pruebas costosas, a menudo realizadas por laboratorios externos, para determinar la composición química y las propiedades eléctricas antes de poder reutilizarla o reciclarla.

Un ecosistema de baterías para vehículos eléctricos

Para reimaginar el ciclo útil de las baterías de vehículos eléctricos, es esencial establecer un ecosistema para su segunda vida.

Ante la ausencia de regulaciones, Coaquira sugiere convocar a las partes interesadas de los productores de baterías y a los gobiernos locales y federales para establecer estándares para los diseños de paquetes de baterías y las prácticas de reciclaje.

‘’Es esencial exigir que los sistemas BMS sean accesibles para terceros, ya que muchos grandes fabricantes de equipos originales, como BYD y Tesla, actualmente mantienen estos sistemas bajo llave’’, expresa la autora.

Y suma: ‘’Para aprovechar al máximo esta oportunidad innovadora, tenemos que brindar un mejor acceso a las nuevas empresas y a la comunidad de I+D, que están mejor posicionadas para ayudar a maximizar el valor económico y ambiental de estos nuevos productos básicos’’.

De igual forma, es crucial establecer una cadena de responsabilidad que se aplique desde la creación de la batería para determinar quién es el responsable de su gestión y eliminación durante todo su ciclo de vida.

Incorporar a innovadores del suministro de energía, los vehículos eléctricos y otras industrias relacionadas puede ayudar a descubrir nuevos usos valiosos para estas baterías.

 En línea con ello, aprovechar las oportunidades de mercado que brindan las baterías implica considerar modelos de negocio como la “Batería como Servicio” (BaaS), que desvinculan el vehículo y la propiedad de la misma.

En este modelo, terceros pueden asumir los costos iniciales y recuperarlos con el tiempo arrendando las baterías a consumidores, sistemas de transporte público, propietarios de flotas y soluciones de redes inteligentes. 

Cabe destacar que, para el consumidor final, esta opción puede reducir los costos iniciales del vehículo eléctrico, fomentando la adopción de medios de transporte sostenibles.

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