Francisco Concha es un emprendedor que lleva más de siete años en el negocio automotor.
Hace algunos meses se enteró que cuando Beat se alejó de la operación en Chile, los vehículos eléctricos que había adquirido se venderían y apostó por ese negocio. Eran nada más ni nada menos que 120 DS3 e-Tense.
El servicio de movilidad era el primero en contar con una infraestructura exclusiva y de las más grandes en su tipo en el país. El centro de carga ubicado en un mall cuenta con tres SuperCargadores dobles de los más potentes disponibles en el país, con hasta 150 kW.
Hasta ese hub se dirigió Francisco cuando se enteró de la oportunidad. Allí se encontró que estaban en venta solo 50 autos.
“Estaba sentado en Starbucks y le dije a la jefa de Beat ¿qué pasa si te los compro todos?”, recuerda en diálogo con Portal Movilidad.
La persona encargada hizo una llamada a México, se negoció el precio y se llegó a un acuerdo.
“Salí en 20 minutos habiéndome comprado 50 autos eléctricos con un coraje enorme”, agrega.
“Me extrañó que se tomara una decisión rápida pero con el tiempo la entendí”, comenta Francisco.
Es que al día siguiente de haber adquirido estos autos, Beat cerró la app. Los choferes -que no tenían certeza sobre su futuro laboral- intentaban retener los autos.
Ese día, Concha ya era dueño de los autos, así que bajó al hub y vio la situación con los choferes enojados: “Me dio tanto miedo que dije que estaba perdido buscando la salida”.
Finalmente, todo pudo solucionarse por un buen camino: “El pago que hice permitía que la empresa tuviese la liquidez para cerrar todo, fueron muy caballeros en las negociaciones y comprometidos en entregas, con la posventa y garantía de los vehículos”.
En diciembre recibe los autos y empieza con la comercialización en el patio de su casa. Los primeros interesados fueron los papás del colegio de sus hijos, el amigo del amigo y el vecino que vio que entraban muchos autos al patio.
A final de febrero ya no quedaban autos del lote de 50 vehiculos eléctricos.
Entonces, la decisión fue ir por los otros 70.
Pero sobre la segunda tanda hubo -al principio- dudas de si se iban a vender porque aparecía otro actor en escena que podría utilizarlas con el mismo fin comercial que tenía Beat.
Esto no ocurrió así que se abrió un proceso de licitación. Esta vez no había apuro así que las burocracias para la adquisición tenían otras características.
“Ya no fue tan fortuito como sucedió”, comenta el emprendedor porque -con spoiler- se quedó también con estas 70 unidades.
“Sabía un par de cosas y una es que cualquier empresa grande es burocrática para tomar decisiones y me dio la intuición de que se iban a demorar al menos una reunión de directorio en decidir”, admite Francisco.
La otra cuestión es que ya conocía los autos y tenía la ventaja de haber comprado los anteriores.
Su estrategia de negocio fue poner una oferta por diez días hábiles porque consideraba que en ese tiempo nadie iba a tomar una decisión de esas características.
Al día seis recibe un llamado del exterior ofreciéndole solo la mitad de la flota.
“Dije que no, todo o nada porque si la otra mitad la tomaba un gigante de la industria pueden aparecer batallas de precio en el mercado”, comparte sobre su primera respuesta.
Al día diez le pidieron un 24 horas más para revisar y se sentaron a revisar unos ajustes de la negociación.
“Me llamaron para decirme que me habían adjudicado la compra completa de los autos y eso me puso súper contento porque dentro de las posibilidades era difícil al no ser una gran compañía sino un emprendedor”, reconoce.
El emprendedor que ahora tiene que vender estos 70 vehículos considera que la depreciación de un año al precio de compra hace a un vehículo eléctrico más accesible.
En la búsqueda del cliente final apunta a startups o municipalidades que quieran electrificar alguna parte o toda su operación. También se orienta al renting que va creciendo como tendencia.
La adquisición de la flota fue posible por recursos propios, bancos y su “mentor”: “Los inversionistas tienen un perfil, tengo un mentor que no lo defino como inversionista porque él me contrató cuando mi empresa era chiquita para lavarle los autos a su negocio y siempre me ha apoyado, es un inversor de muchos rubros y súper arriesgado”.
El traslado de los vehículos
El emprendedor vende en el patio de casa porque sabe que cuenta de esta forma con costos fijos baratos. Así también buscó la vuelta para que el traslado de los vehículos sea lo más económico posible.
“Los autos no tenían TAG para pasar por autopista y tenía que comprar el pase diario que tiene un costo de alrededor de 20 dólares”, cuenta. En este volumen de autos no convenía este gasto.
Por otro lado, no tenía tiempo de pedir un camión con una grúa para ver si encontraba espacio en la agenda, solicitar un permiso municipal y todo lo que este acarreo implica.
No obstante, había otra ruta más larga que no requería el pago de este peaje y esa fue la alternativa elegida.
“Agarré a todos los conocidos, amigos, vecinos durante dos días y estuvimos entre las 9 de la mañana y las 3 de la mañana moviendo autos”, cuenta.