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lunes 24 de octubre de 2022
Crisis de microchips: De tres a siete años para recuperar industria clave del coche eléctrico
En el marco del trabajo sobre Ley de Chips de la Unión Europea, la Asociación Española de la Industria de Semiconductores (AESEMI) recalca la importancia de que se apueste por una política económica enfocada en la industria de los semiconductores, como está haciendo España.
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La consulta pública sobre la cadena de valor europea, en relación con la Ley de Chips (Chips Act), ha permitido poner sobre la mesa la realidad de un sector industrial atravesado por una crisis que no muestra señales de cese. 

La Asociación Española de la Industria de Semiconductores toma esta oportunidad para dialogar con Portal Movilidad España y brindar un paneo sobre las necesidades que se presentan al intentar paliar este contexto.

Alfonso Gabarrón González, gerente de AESEMI, sostiene: “La principal salida pasa por desarrollar la industria de manera coordinada, atendiendo a las capacidades actuales y, en el caso de la automoción, apostando por atraer las capacidades de fabricación que esta necesita”.

Según su experiencia, se ha notado que pueden pasar de tres a siete años desde que exista una decisión política y se materialicen las inversiones hasta tener una operativa.

De hecho, ciertas inversiones pueden alcanzar 20.000 millones de euros por foundry, con la complejidad que estas presentan.

“Se requieren materias primas escasas, maquinaria avanzada con pocos fabricantes que están saturados y muy localizados en apenas tres países del mundo”, explica en este sentido el especialista.

Esta consulta se está llevando a cabo como parte del trabajo del Grupo Europeo de Expertos en Semiconductores, creado tras la publicación del Paquete de la Ley Europea de Chips

Este se encarga de facilitar un intercambio de información rápido y eficaz entre los Estados miembros sobre la evolución del mercado y de evaluar situaciones que puedan poner en peligro la cadena de suministro.

Todo esto, permitiendo dar una respuesta coordinada ante las crisis.

¿Qué necesita el sector?

Se busca que se apueste por políticas enfocadas específicamente a la industria de los semiconductores, como está haciendo España, con la emisión del PERTE centrado en ello.

Frente a esto, Gabarrón González plantea: “Sólo de esta manera podremos impulsar los ecosistemas nacionales de fabricantes y productores que permitan mejorar la situación actual”. 

La ley de chips asienta mecanismos para atraer inversiones a nivel local, como así también intenta dar respuesta a situaciones puntuales de dificultades en el suministro.

AESEMI celebra la iniciativa, pero desde su parecer “por sí sola no tendrá capacidad para modificar la situación actual”.

Europa funciona a nivel mundial como un polo de diseño y de ensamblaje, con un volumen importante de producción final y de fabricación de piezas. 

El ecosistema propio “es más que atractivo para que se desplieguen foundries”, pero la estructura de proveedores es realmente compleja.

Ante esto, se sienta la prioridad del establecimiento de una visión de alto nivel, que permita entender que «el verdadero impulso se dará a nivel comunitario, teniendo un impacto muy desagregado a nivel regional».

¿La crisis está cediendo?

España atraviesa una compleja situación en torno a la cadena de suministros, debido a que tras el regreso del verano el escenario ha vuelto a tensionarse.

Automovilísticas como Stellantis, Ford o Volkswagen han tenido que detener su producción, y Seat, uno de los pocos que no tenía un ERTE activo, ya ha planteado una planificación a los sindicatos hasta final de año.

Fábricas claves en la producción de coches eléctricos, como lo son Vigo, de Citroën y Peugeot, también han caído en esta cuenta. 

La semana pasada, sin ir más lejos, se había anunciado un cese en las actividades el día martes en sus dos sistemas de producción por causas de fuerza mayor, a consecuencia de la falta de aprovisionamientos de ciertas piezas.

“Estamos observando una mejora a nivel global en la cadena de suministro, dado que las tensiones de demanda a medio plazo se están reduciendo”, admite Alfonso Gabarrón González.

Desde la visión de la asociación, esto se corresponde también con otros factores macroeconómicos que indican un descenso de la demanda final de productos tecnológicos novedosos, especialmente en lo que se refiere a electrónica de consumo. 

“Aún es pronto para afirmar que hay una tendencia continuada en este sentido, pero seguiremos analizando la situación con detenimiento para entender cómo evoluciona la situación y qué podemos hacer desde el lado de la industria española», agrega. 

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