“Para aumentar la oferta de los vehículos eléctricos extenderemos los beneficios, uno de ellos es el establecimiento de las zonas libre de emisiones como se conoce a nivel mundial”, sostiene Alan Blanco, comisionado presidencial de movilidad eléctrica de Costa Rica.
En ese sentido, indica que uno de los modelos a seguir es España. Allí se las denominó zonas de bajas emisiones (ZBE) y, a través de un etiquetado vehicular determinado por el nivel de contaminación, se establece quién puede ingresar y quién no. Aplica tanto para los vehículos particulares como flotas empresariales y transporte público.
Hoy a estas ZBE españolas no pueden ingresar los coches de gasolina matriculados antes de 2000 y diésel anteriores a 2006 ya que carecen de etiqueta.
Mientras que si la etiqueta B se corresponde con coches de gasolina de entre 2000 y 2006 y diésel de 2006 a 2013. La C, de gasolina posteriores a 2006 y de gasóleo posteriores a 2014. Mientras que la Eco abarca a los híbridos en general y por último, la Cero a los eléctricos o los híbridos con una autonomía de más de 40 kilómetros.
Sin embargo, el Comisionado marca una diferencia: “La política nuestra no incluye el híbrido, ponemos el foco en los vehículos cero emisiones”.
Costa Rica priorizó la electrificación del parque vehicular particular porque aproximadamente el 50% de las personas que tienen carnet de conducir cuentan con un carro.
“El usuario además de los incentivos económicos necesita la seguridad a la hora de circular por las calles”, sostiene Blanco durante Electrotransporte.
A marzo, Costa Rica cuenta con 39 cargadores rápidos de los cuales 32 son del ICE, seis de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) y uno de Junta Administrativa del Servicio Eléctrico Municipal de Cartago (JASEC). En semi rápidos, 26 del ICE, dos de la CNFL y el resto de las distribuidoras de energía, 13.
Los puntos de carga mencionados anteriormente cuentan con conectores CCS1, CHAdeMO y GB/T.
Según relevamientos, el 70% de las cargas publicas la realizan vehículos de marcas chinas. Siguiendo esa línea, para este despliegue una de las barreras es la disponibilidad de modelos pero eso no es solo de Costa Rica sino mundial.
Por otro lado, vale mencionar que el Instituto Costarricense de Electricidad tiene autorizada una tarifa por kilovatio hora para ir introduciendo la movilidad eléctrica y que alcanza para cubrir los costos.