La demanda por la electromovilidad va en aumento y las cifras mes a mes lo demuestran. Y esto genera una oportunidad de negocio que muchos no pasan por alto: la venta de cargadores.

Los cambios en los modelos de comercialización ya se están dando.

Algunos fabricantes apuestan por la exposición en la web, otros por showrooms especializados. Mientras tanto, en las últimas semanas el sector de la movilidad eléctrica ha opinado sobre la aparición de estos insumos en las góndolas de grandes tiendas.

“Estoy convencido de que en muy poco tiempo los puntos de recarga se convertirán en productos de primera necesidad”, advierte Raul Pascual Ortiz.

El técnico comercial en Mavipas Representaciones Eléctricas S.L comenta a Portal Movilidad España hacia dónde se está dirigiendo la tendencia. 

Las obras y construcciones ya tienen obligaciones legales de contar con este tipo de aparatos.

Plazas de garaje y la vía pública se suman a la obligación. Y hasta un particular puede tenerlo en su propio hogar. Pero, la clave aquí está en comprender que no debe abordarse su instalación como la de un electrodoméstico más.

“Detrás de los cargadores hay mucho más que solo una simple colocación”, enfatiza el especialista. 

Desde su experiencia es necesario no perder el profesionalismo que los proyectos de puntos implican. 

Actualmente en España se encuentra vigente la guía técnica de aplicación de la ITC-BT 52. Allí radican todos los puntos a cumplir en un trabajo de este tipo, por lo que a la hora de vender un punto de carga debe garantizarse una instalación que siga al pie de la letra todos los puntos allí indicados.

“Estamos viendo que está habiendo una intrusión profesional y que se está perdiendo toda la ética y la profesionalidad del sector”, apunta  Pascual Ortiz.

Y estas declaraciones van de la mano del debate del sector eMobility que surgió recientemente en LinkedIn.

Ante el posteo del especialista hubo quienes acompañaron el planteo, como es el caso de Pablo Baudés Ballester, Key Account Manager V2C:

“Lo que me preocupa no es el precio, ese cargador no es para nada el más completo del mercado”

Y continua: “Lo que preocupa es el fácil acceso del cliente final, haciéndoles creer que ellos mismos pueden montarlo…Como si fuese un cargador de teléfono”.

Hace un tiempo, conversaciones similares aparecían en la red profesional.

Instalar un cargador para coche eléctrico no es tan simple como montar un electrodoméstico

“Lo barato a veces sale caro”, comentaba Raul Pascual Ortiz, técnico comercial en Mavipas Representaciones Eléctricas S.L, en su posteo en Linkedin donde compartía el caso de un cargador quemado a causa de un fallo en su montaje.

El hecho ocurrió en un garaje familiar de la provincia de Valencia, donde se había colocado un punto de 7,4 kW de potencia.

La propietaria, tras sufrir el imprevisto y terminar con el artefacto completamente deteriorado contactó con su instalador de confianza no solo para repararlo sino también para saber el origen del problema

¿Qué había ocurrido? La principal incidencia tuvo que ver con la sección del cable de alimentación y el diferencial que no era uno clase A, como así también no se habían incorporado descargadores de sobretensiones.

“No se ha cumplido con ninguno de los requisito que se enmarcan en la guía técnica de aplicación de la ITC-BT 52, los cuales son necesarios para que se cuente con un punto de recarga seguro y no ocurran este tipo de situaciones”, explica Pascual Ortiz en diálogo con Portal Movilidad España.

Normalmente no suelen verse este tipo de casos, pero al parecer del experto si “no lo vemos es porque no se quiere publicar, ya que se están haciendo las cosas mal desde el principio”.

Este tipo de trabajos no deben tomarse a la ligera y el accidente que ha afectado a la vivienda valenciana es un claro ejemplo. 

El sector a lo largo del posteo ha recalcado que la alimentación de los coches eléctricos no se asimila en ningún punto a la simpleza que requiere un proceso de colocación de un electrodoméstico. 

Usualmente se deben tener en cuenta los consumos que se van a tener y en relación al mismo se debe desplegar un cableado de sesión mínimo.

Por ejemplo, al hablar de producto colocado allí, se requería para la potencia de 7,4 kW uno de 6 milímetros.

Pero no solo ello, debe considerarse que si hay una caída de tensión, esos 6 milímetros se convierten en 10 milímetros, “que es lo que se habría que haber instalado allí”.