Iniciando el 2023, el Estado ecuatoriano no hizo honor a sus compromisos fijados en la Estrategia Nacional de Electromovilidad para Ecuador (ENEM). Allí, principalmente se definió que para el 2022 el país debía contar con una Ley de Electromovilidad, la cual sigue paralizada en la Asamblea Nacional.
Así lo dispone el primer eje determinado en la ENEM que refiere a “Gobernanza y política pública”, donde en su página Nº 17 se disponen dos acciones que las autoridades nacionales debieran realizar finalizado el 2022.
Ellas son: la creación y expedición de una Ley de Electromovilidad y la definición de responsabilidades, competencias y mecanismos de seguimiento a nivel local y nacional.
Por otro lado, en su segundo eje, la hoja de ruta dispone la conformación de programas para el reemplazo de flotas con vehículos electrificados. Sobre este punto el Ministerio de Energía y Minas trabaja en un plan que incorpora vehículos eléctricos en flotas de distribuidoras y generadoras de energía, aunque no se ha concretado hasta el momento.
En sus otros puntos, el eje indica la creación de líneas de crédito y la disposición de incentivos económicos y no económicos para la compra de vehículos cero emisiones. Si bien ha habido promesas de generar tarifas diferenciadas para la carga, no se detectan medidas nacionales en este sentido.
Cabe recordar que, desde el 2015, los rodados electrificados no abonan aranceles como el Impuesto al Valor Agregado (IVA) o Impuesto a Consumos Especiales (ICE).
En el eje referido a condiciones técnicas y de infraestructura, se establece la necesidad de que se expidan estándares de eficiencia y etiquetado vehicular, tópico sobre el cual aún no se ha avanzado.
Si bien la regulación de estándares de calidad refiere a una potestad de los municipios, concesionarios de vehículos de dos ruedas (segmento muy popular en la región), indican que es necesario sumar legislaciones nacionales.
Por otra parte, la planificación del desarrollo de la infraestructura de carga también se ubica como un ítem pendiente para el gobierno. Fuentes afirman que en el segmento de electrificados, aún persiste la predominancia de los híbridos en las ventas por este motivo.
Otro compromiso incumplido es el desarrollo de espacios formativos para nuevos técnicos capaces de aportar al desarrollo de la movilidad eléctrica en el país.
Un punto que sí se ha realizado fue la eliminación de los subsidios hacia el combustible: no gozarán del mismo aquellas personas que tengan un vehículo SUV, que cuenten con vehículos con el cilindraje mayor a 2.201 centímetros cúbicos y camionetas de más de 3001 cc.
También estarán afectados aquellos ciudadanos cuyo ingreso anual sea mayor a USD 41.603, es decir USD 3.466 por mes o que cuenten en su propiedad con tres vehículos o más, entre otros puntos.
Si bien hay quienes afirman que es una medida “pro-electromovilidad”, también hay quienes lo matizan.
Desde la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (AEADE), sostienen que elevar los estándares de emisiones e impulsar la electromovilidad puede ayudar a reducir los subsidios.
“Hoy los vehículos Euro 5 o de motores turbo requieren combustible de mejor calidad que no es subsidiado. La gasolina que se subsidia es la de 85 octanos. La de 89 y la de 92 están a precios internacionales. La de 92 está siendo sustituida por la de 95 octanos este mes ”, afirma el titular de la asociación Genaro Baldeón.
Por otro lado, desde la Asociación Ecuatoriana de Movilidad Eléctrica y Sostenible (ASECMOVEL) aseguran que no solo no se ha cumplido con la ENEM.
“El 2022 no ha sido el mejor año para la electromovilidad en Ecuador, no ha habido ningún avance significativo. Tampoco se ha cumplido lo establecido en la vigente Ley de Eficiencia Energética en cuanto a movilidad eléctrica”, declara Esteban Albornoz, titular de la asociación.
En su décimo cuarto artículo, la norma dispone que en la iniciativa pública debe priorizarse la electromovilidad. Este criterio aplica para el transporte público, logístico y de carga.
Por último, en el plano del hidrógeno verde, se estableció como posibilidad la implementación de esta tecnología en el transporte de carga en el marco de la hoja de ruta dispuesta recientemente.
Se esperan más precisiones al respecto hacia el 2023.