La cita para los asistentes era a las 8.30hs. Al llegar se los invitó con un café, lo que hizo que las “manos a la obra” entren en acción aproximadamente a las 9 horas.

Se dispusieron alrededor de una mesa rectangular, de espaldas a unos y de frente a otros, un proyector dejaba ver una presentación caratulada como “Mesa para el Avance de la Electromovilidad en Chile”.

Cada uno de los participantes tenía delante suyo post it amarillos y una lapicera que minutos más tarde definirían el futuro de la electromovilidad en Chile.

Esta vez eran dos mesas las que iban a tener a cargo, junto con los representantes de las autoridades, el realizar un ejercicio de priorización. La metodología elegida era con votos, con tres por cada uno de los profesionales invitados.

Pero ¿qué se votaba? De los debates, propuestas, necesidades, principales temáticas y ejes planteados entre el jueves y viernes de la tercera semana del mes, el Gobierno registró diferentes categorías que a su vez contenían una subdivisión. Solo se podían elegir tres de las subcategorías.

La categoría infraestructura de carga se dividía en: infraestructura de carga pública, interoperabilidad, normativa eléctrica, RIC 15, tarifa, estudios, presupuesto, certificación de productos y regulación de edificios nuevos y existentes.

Dentro de vehículos eléctricos se encontraban: batería, flota de Estado, metas, micromovilidad, normativa, transformación y transporte público.

En servicios asociados las opciones eran tres: financiamiento, formación y seguridad vial.

Para incentivos solo había dos alternativas: directos o indirectos.

La categoría difusión tenía una subcategoría con el mismo nombre y la otra con pilotos.

Articulación se dividía en interministerial y colaboración.

Finalmente, la categoría vehículos a combustión, tenía la única -y lógica- alternativa de desincentivos.

Entonces, de todas estas opciones, cada participante de la mesa elegía las tres que priorizaría, luego hacía pública su elección con los fundamentos correspondientes.

Por cada voto, al lado de la subcategoría seleccionada se colocaba un círculo verde, que, en algunos casos los renglones llenos de puntos verdes coincidieron en las dos mesas y en otros fueron variando. Otras subcategorías no recibieron ni un voto.

En una de las mesas recibieron cinco o más votos las subcategorías de infraestructura de carga pública, RIC 15, micromovilidad e incentivos directos.

En la otra, con cinco o más votos se ubicaron interoperabilidad, batería, formación e incentivos directos.

Las que no recibieron votos en ninguna de las dos mesas fueron flota de Estado, difusión y colaboración en la articulación.

Una vez conocidas las tres subcategorías más votadas en cada mesa, llegó el momento de plantear propuestas de indicadores y alternativas de cómo “bajar a tierra” estos conceptos que quedaron plasmados en los post it amarillos.

Pasadas las 11 de la mañana, las autoridades se llevaron el recuento de votos con las preferencias firmado por cada uno de los asistentes y los post it amarillos para intentar transferir a un primer esbozo de hoja de ruta para implementar las elecciones. Esto no significa que se descuiden las categorías que no fueron votadas.

Para mitad de marzo se espera la próxima convocatoria que indicará cómo abordar estos desafíos. Cabe mencionar que el Ministro de Energía, Diego Pardow, no descartó en diálogo con Portal Movilidad que de aquí pueda surgir un nuevo proyecto de ley.

“En base a las propuestas e ideas que surjan en dicha instancia, es probable que sea necesario elaborar un proyecto de ley que entregue mayores incentivos a la electromovilidad, o modificar instrumentos legales específicos, como reglamentos o decretos. Asimismo, pueden surgir iniciativas que sean susceptibles de ser canalizadas a través de acciones público-privadas”, comentaba el funcionario.

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Repercusiones

“Es un buen ejercicio de priorización para poder entender las necesidades del mercado en esta primera etapa de desarrollo con una mirada de ir resolviendo problemas para adelante y que se faciliten las cosas para que haya más electromovilidad”, refirió Williams Calderón, subdirector de Tecnología e Innovación del Centro de Aceleración Sostenible de Electromovilidad (CASE).

El profesional también resumió que la micromovilidad se ve como un segmento del cual se puede aprender mucho.

“La bajada más técnica y el cómo abordar los indicadores o metas que se propusieron en los papelitos amarillos es un desafío”, concluyó Calderón luego del encuentro.

Por su parte, Rodrigo Salcedo, vicepresidente de la Asociación Gremial de Vehículos Eléctricos de Chile (AVEC), opinó: “El resultado va muy en línea con lo que en AVEC queremos hacer que es formación e ir por el concepto de interoperabilidad porque es importantísimo que esto se masifique de forma segura y que estemos todos de acuerdo”.

“Estamos contentos de cómo vamos avanzando en estos temas”, cerró Salcedo.