La administración del presidente Joe Biden está sopesando un aumento de los aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos y otros bienes, en un esfuerzo por hacer más competitivos los productos estadounidenses de energía limpia, según personas familiarizadas con el asunto.

Funcionarios de la Casa Blanca y de varias agencias del Gabinete han estado debatiendo si aumentar los aranceles sobre determinadas exportaciones chinas, según comentaron.

Las conversaciones forman parte de unas deliberaciones que han durado años y que comenzaron poco después de que Biden asumiera el cargo.

A algunos miembros de la administración les gustaría que el debate concluyera a principios del próximo año, según estas personas, que hablaron bajo condición de anonimato para describir las deliberaciones privadas.

El Wall Street Journal informó anteriormente sobre las conversaciones.

Los portavoces del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y del Departamento del Tesoro declinaron hacer comentarios sobre la revisión en curso.

La oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos no respondió a una solicitud de comentarios.

Biden dejó en vigor los aranceles sobre unos US$300.000 millones de productos chinos impuestos por el presidente Donald Trump.

La administración de Biden inició una revisión de los aranceles hace casi tres años, pero las divisiones internas han impedido a su equipo llegar a un consenso sobre la política arancelaria.

Los niveles arancelarios se han mantenido sin cambios mientras Biden perseguía un deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y China con el presidente Xi Jinping.

Esta culminó en una reunión el mes pasado a las afueras de San Francisco en la que acordaron frenar el tráfico ilícito de fentanilo y restablecer las comunicaciones entre militares.

Elevar aún más los aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos podría tener un impacto mínimo en el mercado estadounidense.

Estos vehículos ya están sujetos a un arancel del 25%, lo que ha impedido a las empresas chinas abrirse camino entre los consumidores estadounidenses.

En una señal de la creciente competencia en materia de energía limpia, China anunció el jueves una nueva prohibición de exportación de tecnología de procesamiento de minerales de tierras raras.

Esta medida podría dificultar a Estados Unidos y a sus aliados el aumento del suministro de materias primas necesarias para las baterías y otras tecnologías.

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