Las empresas de Uruguay cuentan con beneficios fiscales para la compra de vehículos eléctricos, están exoneradas del pago de aranceles y cuentan con una reducción del Impuesto Específico Interno (IMESI). Esos y otros beneficios buscan de incentivar las inversiones en la eletromovilidad.
Para el director de Operaciones de Santa Rosa Motors, Pablo Ramos, el país tiene una red recarga de vehículos eléctricos con alcance nacional. Además de una ruta verde, la cual se ha ido extendiendo, favoreciendo la migración hacia la movilidad sostenible.
“Contamos con las condiciones propicias para que la población incursione en la movilidad eléctrica con pocas berreras”, afirmó.
Uruguay tiene las infraestructuras para dar soporte a los vehículos eléctricos, posee gran cantidad de repuestos que permiten que las empresas usen ese tipo de vehículos con confiabilidad y disponibilidad. Y además su matriz eléctrica se conforma hasta en un 90 % por fuentes renovables.
Diego Bentancur, jefe del proyecto Movilidad Eléctrica de UTE, recomienda que, para procurar un ahorro al momento de la carga, no se debe usar el enchufe schuko normal.
“Eso está previsto solo para carga de emergencia, no para la carga habitual puesto que le quita prestaciones al vehículo”.
Según el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), la generación de energía eólica durante la noche es suficiente para satisfacer el aumento de demanda esperado de acuerdo con las proyecciones de incorporación de vehículos eléctricos.
Uruguay cuenta con tarifas con señales horarias, como consecuencia de una política que intentaba dar señales de precios a los consumidores de manera de orientar la demanda en los horarios que hay menos costos en la red.
Además, el servicio que proporciona la compañía estatal de energía eléctrica permite doble contratación de potencia, esta característica también es vista como incentivo a la electromovilidad.
El país avanza en la electrificación del transporte público con proyectos que incluyeron la incorporación este año de e-buses en la capital. Mientras, para el uso privado, cuenta con incentivos en materia de tarifas que abren nuevas oportunidades para el sector.
A fines de 2019 había unos 250 vehículos eléctricos entre autos, taxis y ómnibus en el país.