BMW es una de las tantas empresas automotrices que se encuentra en plena transición hacia la electromovilidad. Pero como también ocurre con otros fabricantes, en Argentina, esa carrera por ahora se desarrolla de manera muy lenta.
Pero con un escenario global que se dirige de forma imparable hacia la electricidad, la marca alemana sabe que esa transición se llevará a cabo en el país.
«Argentina va a ser un jugador, después dependerá de si mismo si lo hará a corto, a mediano o a largo plazo», comentó Alexander Wehr, CEO de BMW Latinoamérica.
La visita del ejecutivo al país se produjo con motivo del lanzamiento de un nuevo modelo de uno de las marcas del grupo alemán: el renovado Mini Countryman, el SUV de la marca que nació británica y hoy está bajo el paraguas del fabricante bávaro.
Wehr adelantó que «técnicamente se podría trabajar en una estrategia en meses. Hay que pensarlo bien todo y hacer las alianzas indicadas pero considero que se podría hacer en meses, no en años».
Por el momento, BMW no ofrece ninguna versión electrificada en Argentina, pero sí trabaja en la ejecución de una inversión de 334 millones de dólares para extraer litio en Catamarca para la producción de celdas de baterías para autos eléctricos.
Pero Wehr advirtió a Clarín que «el modelo de negocio no alcanza solo con invertir en el litio o con traer un auto eléctrico. Hay que trabajar en conjunto un modelo con incentivos, con infraestructura y el desarrollo de una cultura de sustentabilidad. Y hay que involucrar a todos los jugadores. El futuro es eléctrico y el futuro va a tener movilidad individual, que lo potenció la pandemia».
¿Este anuncio de inversión puede cambiar la relación con el Gobierno y que le permitan importar más vehículos?
No hacemos nada para gustarle a algún gobierno. Somos hombres de negocio y hacemos todo con una visión y con una estrategia a largo plazo. Si el anuncio de inversión va a mejorar la relación con el Gobierno no lo sé. Lo que sí sé es que el equipo de BMW Argentina tiene un diálogo bien fluido con las autoridades.
¿Cómo podría favorecer esa inversión?
Podría ser un primer paso para avanzar en una iniciativa para impulsar la electrificación. Algún día eso se hará aquí, además porque acá hay una conciencia “verde” en la gente, algo que no ocurre en otros países de América.
¿Está al tanto del proyecto de Ley de Movilidad Sustentable que impulsa el Gobierno?
Sí y a partir de esa iniciativa se puede armar mucho, porque este país lo tiene todo. Por lo que leí, la creación de empleo y atracción de inversiones suena muy grande en cuanto a las cifras. En general los demás países se acercan desde un punto de vista medioambiental, pero también se puede hacer desde lo económico como este caso. Para mi lo ideal es ir con ambos aspectos y a largo plazo.
Más allá de la presentación del nuevo Mini Countryman, ¿Qué más lo llevó a visitar el país?
Es importante estar en Argentina para entender. A la distancia es imposible juzgar lo que está pasando. Estuve recorriendo el microcentro, por donde yo viví en la década del 90 aquí, para tener esa perspectiva de primera mano de cómo está la gente. El país ha cambiado un poco y creo que tuvo un gran impacto la pandemia. Más que en otros lugares.
¿Y cuál fue esa impresión?
En términos económicos no hay una percepción de que se haya avanzado mucho. En ese tiempo cuando yo vine a estudiar, la carrera del Mercosur y países latinos contra otros países de Asia estaba abierta. Argentina sigue siendo un país espectacular con gente buenísima. Tiene todo para tener un bienestar de la población. Pero cuando uno recorre las calles la impresión es otra. Hay mucha pobreza.
¿Cómo impacta este presente al mercado de autos de lujo?
Ya estamos acostumbrados a la volatilidad argentina. El tamaño del negocio que vemos en el sector hoy no puede ser peor. Hoy estamos en el suelo. No puede haber menos, pero puede haber mucho más. Siempre y cuando el pueblo tenga la posibilidad de diseñar su propio futuro, por los parámetros macroeconómicos y la estructura social, el país da.
¿Cuál es ese potencial que ve?
Si Argentina tuviese un entorno más normal, con menos volatilidad monetaria, con menos regulaciones, con más apertura, un ámbito más europeo, sería un país de un millón de patentamientos anuales, con un segmento de lujo de hasta 100 mil unidades. Veo el potencial. Ahora, cuándo se vaya a dar, ni idea.
¿Cuál es el problema más grande que ve hoy?
Los problemas actuales es un conjunto de todo. La inflación no llega si no hubieron otras medidas antes. Entendemos que el entorno macroeconómico de argentina no es fácil y no se recupera de un día para el otro. Pero vemos en Latinoamérica que sí hay países con economías prósperas.
¿Cómo cuáles?
Brasil, por ejemplo, más allá de cuestiones políticas y medioambientales, que son importantes, vemos que están a favor del libre comercio y de una economía más abierta. Y Brasil está por despegar. De hecho se convirtió en nuestro mercado más importante en Latinoamérica, delante de México. Y Argentina debería ser el tercero, pero hoy no lo es. Hoy Chile, Colombia, Perú y hasta Panamá están por encima.
¿Cree que va a cambiar esta actualidad?
Nosotros somos hombres de negocios y nos vamos a adaptar al entorno político sea como sea. No creo que cambie mucho el año que viene, pero son un poco los ciclos que mostró Argentina, que va de 0 a 100 en nada.
¿Eso les cambia sus planes?
Y esto retrasó un poco nuestro plan de electrificación y la estrategia de movilidad. Pero sí lo podemos hacer en el corto plazo cuando se pueda.