Argentina puede beneficiarse de la transición hacia un mundo bajo en carbono mediante la transformación de los sectores energéticos y agrícolas, y así crecer casi un 3% anual su Producto Bruto Interno (PBI) en ocho años, según el Informe sobre Clima y Desarrollo que el Grupo Banco Mundial lanzó la semana pasada.
El reporte revela que la expansión de las inversiones en los sectores de agua, agricultura y energía son una prioridad para reducir la vulnerabilidad del país al cambio climático y potenciar el crecimiento económico.
Según el Banco Mundial, el sector energético, liderado por combustibles fósiles, contribuye con el 37% de las emisiones de GEI, por lo que «será importante continuar desarrollando el gran potencial para las energías renovables e invertir en eficiencia energética«, advirtieron.
Por otro lado, el litio argentino podría cubrir casi el 20% de la demanda global en 2030 y convertir al país en un actor relevante en la transición energética, lo que significaría también importantes beneficios económicos, sobre todo para las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca, en el norte de la Argentina, destacaron desde el Banco.
En tanto, incluir al transporte en la estrategia de descarbonización y avanzar hacia la electromovilidad podría crear 21.000 nuevos empleos en los sectores de baterías y vehículos, señaló el organismo.
Por último, David Tinel, gerente regional para el Cono Sur de la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de préstamos al sector privado del organismo, afirmó que «el sector privado argentino está llamado a jugar un papel decisivo en la transición hacia una economía baja en carbono y resiliente al cambio climático».
«A través de inversiones que permitan innovar en agricultura climáticamente inteligente, las energías renovables y el hidrógeno verde, el desarrollo de la cadena de valor del litio y el desarrollo de mecanismos de financiación verdes, como los bonos y los préstamos vinculados a la sostenibilidad», indicó Tinel.